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La primera vacuna que frena el VIH sin retrovirales

José Moltó y Beatriz Mothe, coordinadores de la investigación, en el instituto IrsiCaixa (Inma Sainz de Baranda)

José Moltó y Beatriz Mothe, coordinadores de la investigación, en el instituto IrsiCaixa (Inma Sainz de Baranda)

Cinco pacientes de Barcelona son los primeros del mundo que han conseguido controlar el virus del sida (VIH) con su sistema inmunitario tras recibir una vacuna terapéutica.

Los pacientes, que habían recibido tratamiento antirretroviral durante más de tres años, han dejado de tomar la medicación sin que el nivel de VIH en su sangre haya aumentado por ahora. Uno de los casos ha estado sin tratamiento durante más de seis meses. Los otros lo han estado entre cinco y veinte semanas.

Otros ocho pacientes que han recibido la misma vacuna han tenido que volver a tomar antorretrovirales porque, en su caso, el virus sí ha rebrotado. Los médicos aún no han descubierto por qué la vacuna ha funcionado en unos pacientes y no en otros. Tampoco saben cuánto tiempo durará la eficacia de la vacuna en las personas en las que sí ha funcionado.

La investigación, presentada en la Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas que se celebra en Seattle (EE.UU.), se inspira en los llamados controladores de elite del VIH. Son personas a quienes les basta con su sistema inmunitario para mantener el virus del sida a raya y que por lo tanto no necesitan tomar antirretrovirales. Se estima que entre un 1% y un 2% de portadores del VIH son controladores de elite.

“Si se consigue educar el sistema inmunitario de otros portadores de VIH con una vacuna de modo que actúe igual que el de los controladores de élite, podrían dejar de tomar antirretrovirales de manera crónica como deben hacer ahora”, explica Bonaventura Clotet, director de IrsiCaixa.

Pueden faltar entre diez y quince años para conseguir una vacuna eficaz para todos los portadores del VIH, destaca Bonaventura Clotet

Según los resultados presentados ayer en Seattle, esta estrategia está funcionando en cinco personas y no ha funcionado en ocho. “Son resultados preliminares, pero alcanzamos un 40% de control”, destaca Christian Manzardo, del hospital Clínic, que también ha participado en la investigación. De las dos personas restantes no hay datos.

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