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El escalofriante testimonio de un pasajero del avión secuestrado que aterrizó ayer en Suiza

Un pasajero del vuelo que fue secuestrado ayer ha contado en Reddit cómo transcurrió el secuestro y es realmente escalofriante. Aquí tienes la traducción que hemos hecho

El avión fue secuestrado una hora después del despegue. Así sucedió todo:
Tras entrar en el avión me senté en mi asiento: economy class al lado de la ventana, justo al lado del ala derecha. Como era más o menos media noche me quedé rápidamente dormido durante el despegue. Una hora después me desperté al escuchar el sonido de las máscaras de oxígeno cayendo. Inmediatamente pensé «¿Qué cojones…?» Miré a la mujer que había a mi lado y parecía igual de confusa que yo. El avión no estaba haciendo ningún movimiento raro así que pensé que sería algún fallo técnico o que alguien había pulsado el botón equivocado. Todo el mundo nos mirábamos los unos a los otros pensando qué estaba sucediendo… De repente, una voz profunda y muy enfadada nos habló desde la cabina a través de los altavoces: «SENTAOS, PONEOS LAS MÁSCARAS, VOY A CORTAR EL OXÍGENO». Lo dijo tres veces. En ese momento me di cuenta de que la situación era muy grave: alguien había secuestrado el avión. Durante unos segundos el oxígeno fue desapareciendo de la cabina, me sentí un poco mareado así que decidí ponerme la máscara como el resto del pasaje.

Rápidamente el avión comenzó a descender rápidamente durante 8 segundos luego volvió a recuperar la velocidad y finalmente se estabilizó. La gente estaba llorando, gritando, rezando… Yo estaba completamente asustado. Hacía frío. Estuvimos esperando a que nos dieran información sobre lo que estaba sucediendo pero nunca llego. Seguimos volando durante 6 horas y lo único que sabíamos es que había un pirata en la cabina del piloto. ¿Quién era el pirata, cuáles eran sus intenciones? Comencé a pensar, demasiadas cosas. Pensé que seguramente estaba sólo en la cabina y que sería incapaz de aterrizar el avión de forma segura. Rápidamente me di cuenta de que aterrizar de forma segura sería imposible… Cuando miraba por la ventanilla lo único que veía era oscuridad. Oscuridad para arriba, oscuridad para abajo. Durante las 6 horas siguientes estuve imaginándome todos los posibles finales de la historia: estrellarnos de repente en medio del océano, estrellarnos contra un edificio, chocar contra otro avión, aterrizar y ser asesinado como un martir. En ese punto me acordé de tratar enviar un SMS a mi familia y a mi novia «Hay un problema con el avión. Te quiero, eres lo mejor». Tenía un 5% de batería y estresado pensando que otro terrorista en el avión me pudiera ver y dispararme. No había cobertura así que decidí apagar el móvil y volver a encenderlo cuando estuviésemos estrellándonos. Imaginé que de esa forma se enviarían.

Durante todo el viaje fui cogido de la mano de la señora que iba a mi lado. Una mujer italiana mayor que yo. Cada segundo de las 6 horas del vuelo fueron una tortura psicológica. Me derrumbé, dije adiós, pensé en mi familia, en momentos del pasado, en quién heredaría mis pertenencias y muchas otras cosas. El avión estaba programado para aterrizar en Roma a las 4.40am y ya eran las 5.30am, seguíamos muy altos. Por la ventana pude ver una costa y algunas luces lejanas que me tranquilizaron de alguna forma. Sobre las 5.45am el avión comenzó a dar vueltas. Dio por lo menos 20 vueltas. Pensé que quizás los piratas querían vacíar el combustible y estrellar el avión. De repente el avión comenzó a descender a una velocidad normal. Cuando alcanzamos las nubes las alas se desplegaron como en cualquier aterrizaje… Yo iba pensando «Eso es, nos vamos a estrellar contra algo». Íbamos muy rápido y comenzamos a sobrevolar algunas casas. De repente, debajo de nosotros: el aeropuerto de Ginebra. Estábamos aterrizando ¿era real? ¿era un milagro? Llegamos al suelo y el avión se paró por completo. Recuerdo que comencé a llorar mientras que la mayoría de pasajeros (italianos) aplaudían. En ese momento y por primera vez en 6 horas tuvimos información de parte del copiloto. Nos dijeron que estábamos en Ginebra y que la policía suiza entraría a evacuar el avión, que esperáramos con las manos arriba y que estuviéramos tranquilos. Nos evacuaron y la policía suiza nos acompañó muy amablemente a una sala con bocadillos, chocolate caliente, wifi gratis y psicólogos. Unas cuántas horas después pude coger mi equipaje y salir. Allí estaba mi madre (mi destino final era Ginebra, trabajo alli, se supone que debería haber hecho escala en Roma). Nos fuimos juntos, dimos un paseo por el Lago Leman y luego me cocinó una riquísima comida.

Aún estoy en shock, soy un hijo de puta con suerte. Espero que nadie experiencie nunca algo así

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