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Música

5 interpretaciones de himnos para regodearse

Manuela Trasobares – L’Himne de la Comunitat Valenciana

Manuela Trasobares además de un icono absoluto es una cantante mezzosoporano dramática a la que no se le resiste nada. Ni siquiera L’Himne de la Comunitat Valenciana, que canta como si fuese un ángel especialista en himnos.

Fergie – National Anthem

Fergie es uno de los ‘National Anthem Disasters’ más recientes pero eso no quita que sea ya uno de nuestros favoritos de siempre. Esa versión jazz cutre y sin fuerza, el empeño que ella pone en gritar cada vez más e intercalar sus alaridos con notas graves para «demostrar su rango vocal». El gesto de sus dedos, como hilando fino y siendo muy meticulosa con lo que hace, las caras de los jugadores y el público que no pueden aguantar la risa mientras ven a una mujer emitir sonidos cada vez más y más agudos y más rasgados. Lo que salga de la garganta de alguien a quien estén despellejando vivo debe de ser muy parecido a lo que salió de las cuerdas vocales de Fergie.

Marta Sánchez – Himno de España

¿Quién le iba a decir a Marta Sánchez que iba a tener la repercusión que ha tenido su versión del Himno de España? Más repercusión de la que han tenido sus últimos tres discos juntos. Verla en las entrevistas es todo un motivo de regodeo. Cómo disfruta Marta, que siempre ha querido ser tomada en serio, cuando le dicen que ha emocionado a todo un país.

Armada Francesa – Daft Punk Medley

No es un himno como tal (aunque ‘Get Lucky’ sí que podríamos decir que tiene categoría de himno intergeneracional) pero es una de las mejores sustituciones del himno que hemos visto nunca en un acto político. La versión fanfarria queda espectacular y las caras de Macron disfrutando como una cochina al descolocar a Donald Trump con algo que no sabe si es una broma o va en serio son increíbles.

Christina Aguilera – National Anthem

El caso de Christina Aguilera es bastante similar al de Fergie con la diferencia de que Christina hizo una versión musical sin alteraciones, se limitó a cantar. Eso sí, los interludios que mete entre frase y frase no se los salta un gitano. Entre la última frase y la penúltima de la canción puede pasar, perfectamente, una media hora.

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