Días antes de que media España se fuera de vacaciones por Semana Santa, Íker Casillas y Sara Carbonero contraían matrimonio en el juzgado de Boadilla del Monte. Acompañados únicamente por su hijo Martín y dos testigos (uno de ellos la hermana de Sara), la pareja tuvo una ceremonia que no pudo ser más privada e íntima . Ni tan siquiera los padres de los contrayentes sabían que estaban celebrando su unión civil.
Embarazada de su segundo hijo, que nacerá el próximo mes de junio, Sara lució un vestido blanco «premamá» que no es un diseño especial de novias ya que querían una ceremonia muy normaly discreta. Enamorados y felices con la familia que han formado, el matrimonio comunicó la noticia a sus más cercanos días atrás para sorpresa de la mayoría que no conocían sus planes. «La única manera de poder casarse sin que aquello se convirtiera en un espectáculo era hacerlo así», comenta un íntimo de la pareja.
Es curioso porque la propia Sara había organizado también días atrás un «baby shower» con sus amigas en una tienda de ropa infantil de Madrid donde recibió los primeros regalos para el bebé que está en camino y cuyo nombre aún no han anunciado. Pendiente siempre de la carrera de Iker, Carbonero confía en poder instalarse en Madrid durante las vacaciones del fútbol y por eso tiene organizado que su niño nazca en Madrid. «Aunque si se adelantara por algún motivo tengo en Oporto todo preparado para dar a luz», confirmó recientemente Sara en una de sus apariciones públicas. En Portugal o España lo que ya es seguro es que este segundo hijo ha traído una boda bajo el brazo que pasará a la historia por ser la más secreta de los futbolistas de primera fila.
Vía ABC
Periodista y Graduado en Derecho. Experto en televisión, música y cine. Ha escrito en los principales medios de España y publica en Internet desde 2007.
