¿Te ha pasado alguna vez que ya estabas en tu sitio, en un tren, avión o autobús con asiento reservado y ha llegado alguien a pedirte amablemente si le puedes cambiar el sitio para estar más cerca de alguien? Seguro que sí.
Normalmente la gente acepta por lo imprevisto de la petición o por no parecer El Grinch del avión pero en realidad no deberías cambiarte si no te apetece o si ya estás con el equipaje colocado. Pues bien, ¿cómo conseguir una espantada tajante cuando alguien te lo pregunte?
Esta es la respuesta ideada por la escritora de World Wonders:
“Odio cuando subo al avión o el tren y alguien me pide cambiar de asiento cuando ya me he instalado. ¿Por qué debería cambiar? Es mi asiento, va a mi nombre… pero no tengo ganas de discutir…
Con el tiempo he desarrollado una respuesta universal, que pronunciada suavemente y con una sonrisa tranquila y agradable, hace que mi interlocutor desista de inmediato.
‘Lo siento, no deseo cambiarme. El asiento va a mi nombre y en caso de accidente impediría la identificación’.
Después de eso, nada ocurre“.
Periodista y Graduado en Derecho. Experto en televisión, música y cine. Ha escrito en los principales medios de España y publica en Internet desde 2007.