Justin Timberlake fue el protagonista anoche en la Super Bowl con un show que empezó muy flojo tanto a nivel visual como musical. Se entiende que quisiera hacer algo diferente pero empezar en el sótano del estadio con la peor canción de todo el repertorio de la noche (aunque sea el nuevo single), pero fue un fiasco de pistoletazo de salida.
Luego el show fue cogiendo forma y mejorando y acabó bastante bien, eso sí, ni rastro de Janet Jackson.
En resumen: un buen anuncio para vender las entradas de la gira pero una actuación que no pasará a la historia de la Super Bowl.
Periodista y Graduado en Derecho. Experto en televisión, música y cine. Ha escrito en los principales medios de España y publica en Internet desde 2007.