Reproducimos lo publicado por Interviú en el año 2009 sobre lo de la hija de Lydia Bosch contra el ex marido de la actriz. La denuncia fue sobreseída por un juez en el año 2009.:
“Un día, cuando tenía doce años, con la excusa de comprobar si me había lavado los dientes, me pidió que le diese un beso en la boca y me metió la lengua”. La hija de Lydia Bosch comenzó así a contar ante la policía los que presuntamente fue objeto por parte del marido de su madre, Alberto Martín Caballero.
La hija de la actriz Lydia Bosch acudió a la comisaría de Pozuelo de Alarcón (Madrid) en la mañana del 28 de abril. La noche anterior, su madre había ido a las mismas dependencias policiales para denunciar al que desde el año 2001 es su marido, el arquitecto Alberto Martín Caballero.
La actriz se presentó acompañada de la abogada Carmen Álvarez López y entregó a los agentes una reclamación de cuatro folios ya redactada –donde el matrimonio tiene fijado su domicilio–, un informe pericial de 24 folios –consistente en un estudio psicológico de Lydia Bosch y su hija mayor, de 17 años– y una copia de la demanda de separación, que la actriz presentó el 15 de abril en los juzgados civiles.
En la denuncia presentada por Lydia Bosch se asegura que su hija “durante al menos dos meses”. La mujer relata en uno de los apartados de la denuncia alguno de los episodios supuestamente sufridos por su hija, tal y como ésta se lo contó a la psicóloga que firma el informe pericial: “Él me metía su lengua en la boca y me decía que yo tenía que meter la mía también y moverla”.
Los policías de la comisaría decidieron, una vez estudiada la denuncia, llamar a declarar a la menor, que prestó su testimonio en presencia de su madre y la abogada Carmen Álvarez. La chica aseguró en un primer momento: “La relación con mi padrastro era buena, ejercía sus labores de padre correctamente, me llevaba al colegio todas las mañanas”.
Pero, enseguida, comenzó a relatar toda una retahíla de situaciones de los que supuestamente fue protagonista: “Un día, cuando tenía doce años, con la excusa de comprobar si me había lavado los dientes, me pidió que le diese un beso en la boca y me metió la lengua”.
“No era consciente de los hechos –prosiguió la menor–, accedía sin oponer resistencia porque me fiaba de él”. Sin embargo, según el testimonio, al mes de comenzar esos extraños besos, la niña empezó a tratar de evitarlos, sentándose en el asiento trasero del coche, simulando estar dormida.
“Insistía en que pasase al asiento delantero y me besó otra vez con lengua, aunque sabía que yo no quería”, contó la menor a los policías. “Yo intentaba darle un beso rápido para dejarle satisfecho y le decía claramente que no quería hacerlo, pero él insistía, así que todos los días le daba cuatro o cinco besos”. Siempre según la declaración de la menor, su padrastro se las ingeniaba para variar el recorrido y tratar de estar a solas el mayor tiempo posible con ella en el coche.
Pero los juegos de Alberto Martín no se quedaban en esos besos, según la hija de Lydia Bosch: “Me despertaba tumbándose en la cama junto a mí, se colocaba encima de mí, me abrazaba, me acariciaba y me daba masajes, aunque sabía que yo no quería”. Los episodios de los besos también ocurrían en el domicilio familiar cuando se quedaban a solas y, en ocasiones, estaban acompañados de comentarios por parte de Alberto Martín: “Me decía que si era la primera vez que besaba a un chico, porque lo hacía muy bien y me decía que moviera la lengua cuando me besaba”. Cuando la joven se negó a continuar con los besos, el marido de su madre le dijo, según ella, que lo hacía para ayudarla, “no para obtener placer”.
La hija de Lydia Bosch relató también cómo su padrastro aprovechó que una noche se encontraba profundamente dormida: “Me despertó, me puso encima de él y empezó a frotarse durante diez minutos”.
Los agentes preguntaron a la chica por las razones que le habían llevado ahora a contar lo sucedido hace, al menos, cinco años: “Tengo miedo de que haga lo mismo con mi hermana pequeña” (de seis años de edad).
Tras el testimonio de la chica, los agentes detuvieron a Alberto Martín, que se negó a declarar en comisaría y fue puesto en libertad, aunque con cargos, por el juez.
En el informe pericial que acompañaba la denuncia, se da cuenta con mayor detalle de las relaciones entre la hija y Alberto Martín: “Desde que era pequeña, siempre que venía con las notas me decía que no iba a llegar a ser nadie en la vida, que terminaría casándome con un viejo verde para salir adelante”.
En la denuncia, Lydia Bosch cuenta la insólita forma en la que se enteró de los supuestos hechos de los que habría sido protagonista su hija. La actriz asegura que fueron su representante artística, Laura Alsina, y su amiga Nuria Alabart las que la citaron en el despacho de su abogada. Su hija había confiado primero su secreto a la amiga de su madre, que se lo relató luego a la letrada.
La hija de la actriz resumió así a la psicóloga Gemma del Val, que la entrevistó y que suscribe el informe aportado en la denuncia, los sentimientos hacia el aún hoy marido de su madre: “Me dijo que iba a ser mi padre, yo me hice ilusiones y no ha sido un padre porque un padre no se comporta así, eso es ser mala persona”.
Periodista y Graduado en Derecho. Experto en televisión, música y cine. Ha escrito en los principales medios de España y publica en Internet desde 2007.