Marisol pasó a ser Pepa Flores en 1985. Aquel año protagonizó su última película, Caso cerrado, título premonitorio donde compartía reparto con otro malagueño que empezaba a despuntar, Antonio Banderas. “El ego, el poder y el dinero son tres factores por los que una persona se puede ir a pique”, decía en EL PAÍS 15 años más tarde. Hoy apenas quedan ecos de la niña prodigio que fue.
Pepa Flores se diluye entre quienes residen en el vecindario donde se refugió tras su separación de Antonio Gades. Realiza una vida cotidiana junto a su pareja, Massimo Stecchini, en el barrio de La Malagueta. Allí reside con vistas al Mediterráneo.
Son habituales sus caminatas por el paseo marítimo tras unas oscuras gafas de sol. Dedica el tiempo a disfrutar de su nieto y sus tres hijas: Tamara, María y Celia.
Lo que muchos tampoco saben es que la actriz María Esteve es su hija:
Periodista y Graduado en Derecho. Experto en televisión, música y cine. Ha escrito en los principales medios de España y publica en Internet desde 2007.