Las pruebas de inteligencia han vuelto a ‘Sálvame’ para quedarse. Hay que remontarse ocho años atrás para conocer los resultados de los colaboradores principales del magacín de tarde, pero desde entonces son muchos los personajes que se han ido sumando al elenco del programa.
Es por esto que la dirección del espacio ha decidido recuperarlos, colocando a sus trabajadores en la complicada posición de medir su cociente intelectual públicamente.
El primero de esta remesa en someterse a la prueba psicológica del programa fue Kiko Jiménez, quien no se quedó del todo satisfecho con el resultado: la cifra de 109 puntos de cociente intelectual le situaba como el peor de los colaboradores actuales.
El joven llegó incluso a quejarse en antena, cuestionando los resultados al haber “gente que no sabe leer en el programa que ha ofrecido un resultado más alto. Belén Esteban, por ejemplo”.
“Yo creo que el resultado será… Ahora tengo un sentimiento de…”
Tras la pertinente aclaración de la psicóloga encargada de evaluar a los colaboradores, le llegó el turno a Antonio Montero.
El paparazzi no las tenía todas consigo, pero aun así terminó el miércoles situándose en la zona media/alta de la tabla del magacín gracias a obtener un nada desdeñable 124. “Entra en lo que calificamos como muy inteligente”, matizó la profesional.
A Montero le sucedió una de las periodistas históricas del espacio, su compañera en ‘¿Dónde estás corazón?’ María Patiño, quien se negó en su momento a participar en esta sección.
“Se trata de uno de los datos más esperados, porque su figura divide mucho a los espectadores, unos creen que es muy lista y otros todo lo contrario. Hoy saldremos de dudas”, afirmaba Kiko Hernández, presentador durante la tarde del jueves.
“Depende del resultado, a lo mejor no vuelvo“, bromaba la presentadora de ‘Socialité’ antes de abandonar el plató para someterse al test. Su cara cambiaba por completo a la vuelta de la prueba, mostrándose descompuesta:
“No conozco el resultado, pero ha sido peor de lo que pensaba. Me cuesta mucho concentrarme. Me he puesto muy nerviosa, me he puesto a llorar. Me falta el aire”.
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