En un mundo en plena transformación, el emblemático Hotel Santo Mauro inaugura una nueva etapa, en la que ofrece una mirada optimista hacia la innovación y el futuro, pero sin perder ni un ápice de la personalidad única de la antigua residencia del influyente duque de Santo Mauro, que emana de su historia y su tradición y que dota de alma a este espectacular conjunto palaciego.
Con el objetivo de que este entorno exclusivo mantenga la lujosa tradición del centenario establecimiento madrileño, esta remodelación no sólo ha preparado un perfecto escenario para que sus clientes tengan la mejor percepción y relación con la ciudad, sino para que, además, atienda a sus gustos y necesidades con la más escrupulosa atención y que su estancia sea una auténtica colección de experiencias inolvidables.
Para ello, el hotel Santo Mauro, en un ejercicio de reflexión y autoconocimiento, ha mirado a su interior, a sus orígenes, para mostrar aquellos detalles capaces de potenciar esas virtudes decimonónicas que le distinguen de otras propuestas hoteleras de la Villa y Corte; para que alojarse en sus suites, comer en su biblioteca o disfrutar de un aperitivo en su envidiado jardín permita saborear pausadamente un lujo más propio de otros tiempos.
No olvidemos que una de las aspiraciones de la nueva generación de viajeros sofisticados y cosmopolitas es alcanzar un auténtico sentimiento de pertenencia, sumergiéndose en las maravillas distintivas de cada lugar que visitan y sintiéndose tan cómodos y conectados como si estuvieran en su hogar.
Estos modernos viajeros esperan sustancia e historia, matizadas con un espíritu lleno de frescura que elige espontáneamente qué tradiciones se deben mantener y cuáles deben pasar al olvido.
El equipo humano del Santo Mauro pone cada día todo su empeño y su máximo cariño en hacer que sus clientes se sientan bien atendidos. Sin embargo, es su voluntad de reconfortarlos con pequeños detalles lo que convierte su labor en pura artesanía hotelera, en un vívido homenaje a los tiempos en los que el servicio de los palacios estaba a cargo del llamado ‘cuerpo de casa’, de cocineros, jardineros, camareros, personal de planta, mantenimiento… entre otros oficios. El hotel, comprometido con la excelencia, considera esta tradición como uno de sus principales valores de cara a sus huéspedes.
En el pasado, sólo los privilegiados podían viajar por el mundo, cultivando su intelecto y sus conexiones sociales, mientras coleccionaban extraños y curiosos objetos de valor que utilizaban para decorar sus hogares, expresar su singularidad y sus intereses y entretener a sus invitados. En este mundo globalizado, el Santo Mauro mantiene viva esa experiencia para sus no menos privilegiados clientes, a través de su gabinete de curiosidades, prueba de su amor por la aventura, los viajes y el exotismo, surgidos al ritmo de los modernos medios de transporte nacidos con el siglo XX. Aquel espíritu, aún vivo en el hotel, sigue dejando pistas y guiños.
La propuesta gastronómica del renovado Santo Mauro también se considera uno de sus pilares de su experiencia, ya que el paladar es una de las vías de acceso más permeables para este original espíritu que impregna la nueva etapa del hotel. El reconocido chef Rafa Peña ha elaborado una experiencia a base de platos de temporada. Desde la calidad de los ingredientes frescos hasta la presentación final del plato, ningún detalle es demasiado pequeño, por lo que resulta casi imprescindible complementar cada comida con los excepcionales vinos seleccionados por el sommelier.
Periodista y Graduado en Derecho. Experto en televisión, música y cine. Ha escrito en los principales medios de España y publica en Internet desde 2007.