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Televisión

Christian Gálvez habla por primera vez desde que Almudena le dejó

El pasado 20 de diciembre saltaba la noticia , Almudena Cid y Christian Gálvez anunciaban su separación. Sin ruido ni exclusivas, el presentador y la gimnasta ponían fin a 11 años de matrimonio y 14 de relación. Sin declaraciones por su parte el silencio solo se rompía para, de forma discreta, confirmar la separación el pasado mes de noviembre.

Ahora Christian ha querido mandar un mensaje a través de su cuenta de Instagram en la que junto a una bella fotografía del famoso torii del Santuario Itsukushima en Japón el presentador escribe: «Estoy tremendamente agradecido por todo lo vivido y aprendido hasta el momento. Y ahora, poco a poco se instalará en mí la ilusión por todo lo que me queda por vivir y aprender» y añade «gracias a todos por el cariño y el respeto mostrado estos días y, en especial, a mis 9 rosas.

«Estoy tremendamente agradecido por todo lo vivido y aprendido hasta el momento. Y ahora, poco a poco se instalará en mí la ilusión por todo lo que me queda por vivir y aprender» y añade «gracias a todos por el cariño y el respeto mostrado estos días y, en especial, a mis 9 rosas.

¿Quiénes son sus 9 rosas?

Infancia en Móstoles

Christian Gálvez nació el 19 de mayo de 1980 en Móstoles, un municipio al noroeste de Madrid, en el seno de una familia trabajadora. Su madre, originaria de la Línea de la Concepción, trabajaba como enfermera, mientras que su padre, un orgulloso gato madrileño, ejercía como farmacéutico.

Uno de los momentos más curiosos que recuerda de su infancia fue su primera comunión. En una iglesia repleta de niños vestidos de uniforme, el presentador destacaba al vestir de calle y quedarse dormido. «Mis padres, que alquilaron una cámara grande de estas con VHS, me hacían señas. Yo daba cabezadas, y cuando me tocaba leer siempre me trababa con una palabra que luego puse en práctica durante toda mi vida: ‘Perseverancia'», aseguró el presentador en el programa Mi casa es la tuya con Bertín Osborne (64).

Christian Gálvez recuerda haber tenido una «infancia bonita, sobre todo porque mis padres siempre me dejaban hacer lo que yo quisiera». Sus progenitores eran tan permisivos que hasta vieron con buenos ojos su etapa heavy. «Con 13 años pasé de escuchar Elvis Preysler, The Beach Boys o The Beatles, a escuchar rock, incluso un poquito heavy. ‘Oye, que me quiero dejar el pelo largo’, pues déjatelo; ‘oye, que me quiero poner un pendiente’, pues ponte pendiente». 

En el colegio, Gálvez destacaba no por sus notas sino por su peculiar sentido del humor. El presentador era el típico alumno que estaba todo el rato gastando bromas, y que conseguía el cariño de los profesores con una sonrisa. 

Los comentarios de sus seguidoras son muy…

A los 13 años, sin embargo, tuvo un episodio que marcó su infancia. El joven Gálvez había crecido muy rápido, a esa edad ya tenía la misma estatura que en la actualidad, y le vieron que tenía tendencia a abrir los pies. Para corregirlo, los profesionales decidieron que el adolescente durmiera con unos aparatos en las piernas. «Se parecía al que luce Forest Gump en la película» y era tal la incomodidad que casi no podía dormir a la noche. Por suerte, este episodio pasó y pudo volver a descansar con normalidad. 

Por esa época el de Móstoles había empezado a pensar qué querría hacer en el futuro, y tenía dos posibilidades: cantante de heavy o paleontólogo (que empezó a interesarle tras ver Jurassic Park). Poco sabía en ese momento el joven Gálvez que el destino le deparaba un importante papel en la pequeña pantalla. 

Inicios como actor

En su adolescencia Christian Gálvez tenía todas las aptitudes para ser actor: alto, rubio, de ojos azules y con personalidad. Por eso, sus padres fueron los primeros que pensaron en que podía empezar a hacer castings. «Recuerdo que mis padres fueron los principales apoyos», explicó el presentador en el programa Mi casa es la tuya.  

Largas horas en salas de espera para que le hicieran las pruebas de perfiles que le abrieron las puertas a la pequeña pantalla con un papel en 1996 en la serie Mé di co de Familia, donde interpretaba un personaje secundario.

Tras acabar el instituto, y viendo que su carrera como actor no terminaba de despegar, Christian comenzó a estudiar Magisterio. Sin embargo, lo dejó al poco de empezar para trabajar como reportero en el programa Caiga quien caiga. Gálvez se convirtió así en un reportero irreverente que seguía a los famosos en los photocalls. Una experiencia de la que aprendió «todo», pero de la que se arrepiente. 

«Fue el paso fundamental para convertirme en el Christian Gálvez que soy ahora», explica el presentador en el programa Mi casa es la tuya. Asegura que es una experiencia de la que aprendió «todo», pero de la que se no le gusta acordarse. 

Pasado el tiempo, en una entrevista con Risto Mejide reveló que no soporta recordar su época como reportero. «Si quería hacer televisión, no podía reírme de cualquiera» ya que en uno de sus primeros reportajes le espetó a Keanu Reeves que no volviera a tocar música.

«Cada vez que veo ese vídeo me da la cosa. Después de decirle esas palabras me di cuenta de la cosa que hice. Ahí no se ve, pero los de seguridad me echaron de la Berlinale. Y desde entonces cambié. La televisión no va de reírse de la gente, sino con la gente», añadía.

Tras varias años trabajando en Caiga quien caiga, y tras recibir un premio Ondas, el programa fue cancelado y Christian Gálvez recibió un choque de realidad. «Con 21 años, dije: ‘Nos va a llamar todo el mundo’. Y no llamó nunca nadie. Entonces fue cuando dices: ‘Ahora viene la reinterpretación de todo lo que has aprendido, de agachar un poco las orejas y buscar trabajo», explicó.

El presentador decidió que era el momento de cambiar de registro y terminó trabajando como dependiente en una juguetería. Fue un cambio duro. El propio Gálvez asegura que en esas fechas tenía el ego sobrealimentado y ese cambio de registro fue un choque de realidad. 

El de Móstoles había tirado la talla y no tenía pensado volver a la televisión en un futuro, pues pensaba que ya no había más oportunidades para él.

Hasta que un día recibió la llamada que le cambió la vida. Juampi, un compañero con el que había trabajado un día haciendo un reportaje en Caiga quien caiga, se había acordado de él y le llamaba para que hiciera el casting de Pasapalabra. 

Comienza en Pasapalabra

Con 27 años, Christian Gálvez se presentó en las instalaciones de Pasapalabra conquistó a los organizadores del programa con su desparpajo. «Me ofrecían solo tres meses en el concurso… Y yo elegí Pasapalabra a pesar de que en ese momento me ofrecían otro trabajo por un año», explicó. 

El puesto no era fácil, y para prepararse Gálvez estuvo durante un mes entero, ocho horas al día, practicando su pronunciación con un bolígrafo entre los dientes. 

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