A muchos nos encanta la prensa rosa o la prensa del corazón y la razón es muy sencilla: a través de ella podemos conocer todos los detalles de la vida de los famosos a los que seguimos y admiramos.
Si damos un paso más allá, a través de las noticias de la prensa rosa española podemos estar al día acerca de los proyectos, los contratiempos y los últimos acontecimientos en la vida de aquellas figuras del deporte, la moda, el cine o la televisión que solemos ver constantemente a través de la pantalla o en las redes sociales.
Sin embargo, ¿de dónde viene el nombre de la prensa rosa y desde cuándo se cultiva en España este género del periodismo? A lo largo de las décadas, la prensa del corazón ha cambiado mucho, igual que sus protagonistas.
Todo se remonta a la España de 1850, cuando aparecieron por primera vez las conocidas crónicas de salones. Una de las cosas que estas narraciones conservan en común con la prensa rosa de la actualidad es que sus protagonistas eran figuras de relevancia y alcurnia en la sociedad de su época.
En las crónicas de salones se narraban los detalles de las bodas y otras ceremonias que se llevaban a cabo en la alta sociedad española, así como eventos o actividades culturales. Sin embargo, las crónicas de salones no sólo se conformaban con ser una descripción de estas actividades y de sus participantes.
Como es de imaginar, a veces en esas grandes reuniones de la alta sociedad surgían rumores, cotilleos, algunos escándalos un poco subidos de tono, que poco a poco se convirtieron en las delicias de los lectores.
Paulatinamente, el tono de las crónicas de salones comenzó a ser menos formal y la atención de estas narraciones se centraba en cosas un poco más divertidas, como los escándalos de la alta sociedad y las infidelidades. Precisamente, porque la información que se revelaba atentaba contra la intimidad de sus protagonistas, comenzaron a usarse los pseudónimos.
Pero no sólo eso, los escritores de las crónicas de salones debían contar con un talento único para relatar todos estos acontecimientos sin herir con sus textos la susceptibilidad de nadie. La picardía, un buen uso de la retórica, así como un conocimiento muy detallado de la vida y milagro de las personas de la élite española, eran sólo algunas de las condiciones para ser un buen cronista.
Poco a poco comenzaron a aparecer las revistas que recopilaban las crónicas, algunas de ellas sentando las bases para lo que sería conocido posteriormente como la prensa rosa o del corazón. No será sino hasta después de la guerra civil española que aparecen medios especializados.
Aunque la prensa del corazón se mantuvo por mucho tiempo apegada al periodismo impreso, a comienzos de la década de los 80 saltó a la pantalla chica de la TV gracias al programa Bla, bla, bla de TVE. Este formato tomará su fuerza hasta convertirse en lo que conocemos hoy en día a finales de la década de los 90.
La razón por la que finalmente conocemos a este género del periodismo como prensa rosa es porque uno de sus principales objetivos es narrar las idas y venidas sentimentales de las celebridades: sus romances, sus compromisos y bodas, embarazos y la llegada de sus primeros hijos, las posibles infidelidades o escándalos dentro de su relación y sus eventuales rupturas.
Ahora que sabes de dónde proviene la prensa del corazón, entenderás por qué a muchos nos gusta y nos divierte tanto. ¿Y tú? ¿Eres de los que sigue día tras día cada detalle de la vida de tu celebridad favorita?
Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Fanático de la música, las listas de éxito y la estética videoclip.