Noel Bayarri ha concedido una entrevista para el podcast de las perfumerías Druni y ha contado cómo ha sido la evolución de su carrera televisiva. Ahora vive en Barcelona y planea irse unos meses de viaje por Asia. El tronista ha desvelado cuánto dinero pagaban por cada día de grabación en el programa que le dio la fama y también cómo era la realidad tras las cámaras. También ha contado cuánto ha sido lo máximo que ha ganado con un bolo.

Cuánto pagaban por día de grabación en ‘Mujeres y Hombres y Viceversa’
“Con lo que te pagaba el programa no podías vivir. Eran cantidades simbólicas. Cuando eras pretendiente eran 100 euros al día que ibas a grabar y sumaban 50 euros si tenías cita. Se grababan unos 6 días al mes, o sea que más de eso no ibas a ganar. Unos 600 euros”

Cuánto fue lo máximo que le pagaron por un bolo
“Lo máximo que me llegaron a pagar por un bolo fueron 3.500 euros”

“Durante una época yo estaba liado con una chica de fuera del programa”
“El procentaje de pretendientes que estaban realmente por que les gustaba la tronista era un 10% a lo sumo. Lo que pasa es que cuando entras a vivir esa experiencia todo se magnifica y te empieza a gustar la persona”

“Habían representantes de tele cuando ya tenías cierta relevancia y luego en el tema bolos había intermediarios”
“A mi sí que me gustaba, entré, me eligió, estuve un par de meses con ella y salí escaldao’… Y me enseñó muchas cosas, estaba más vivida que yo. La otra era una leona y tenía la selva controlada”
“Algunas cosas que se veían eran muy diferentes luego en la realidad. Había cosas exageradas, pero cuando pasaban cosas gordas era porque realmente lo sentían así y esa situación era real”

“Todos decíamos que no pero todos queríamos ser tronistas. Me llamó el subdirector cuando salía del gimnasio y me dijo si estaría interesado en ser el próximo tronista y me puse muy contento. Los primeros meses no fueron fáciles porque las chicas no me gustaban”
“Yo empecé con Pipi y con Miriam, con Miriam no me llevaba bien. Con Pipi bien. Miriam me tenía enfilado. Luego estuvo Nagore Robles y fuimos amigos”

“La época de los bolos fue frenética. Era algo que te subía mucho el ego, era mucho dinero para alguien como yo que no había tenido sueldo. Te empieza a entrar dinero y dices, voy a hacer todos los que pueda para ahorrar el dinero”

“A medida que vas haciendo bolos con el paso de los años se me hacía muy cuesta arriba. Llegaba el viernes y decía “puf”, ahora me tengo que ir a Almería. Llegabas a un pueblo en el que no conocías a nadie, tenías que poner buena cara en la cena cuando te recogían, llevarte bien con el dueño”

“Al principio iba solo a los bolos. Luego ya dices que no quieres ir solo y necesitas a alguien de intermediario. Contraté a un amigo para que me acompañara a todos los bolos, yo ganaba menos pero es que si no se me hacía imposible”

“Desde hace tres años yo seguía habiendo bolos pero comenzó a subir mucho el tema de redes. Ahora prácticamente solo ingreso de redes”

Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, donde descubrió su pasión por contar historias que conectan con las personas y reflejan la cultura de su tiempo. Su trayectoria profesional está marcada por un interés constante en la música, los medios de comunicación y la forma en que ambos influyen en la sociedad.
Fanático de la música y de las listas de éxitos, sigue con detalle la evolución de los géneros, los artistas emergentes y los fenómenos virales que marcan tendencia a nivel global. Su curiosidad lo lleva a analizar no solo los números, sino también lo que hay detrás de ellos: los movimientos sociales, las narrativas artísticas y la influencia de la industria musical en la vida cotidiana.
Amante declarado de la estética videoclip, entiende este formato como un lenguaje artístico en sí mismo, donde música e imagen se fusionan para contar historias poderosas y crear iconos culturales. Su mirada combina análisis crítico con entusiasmo de fan, lo que le permite escribir desde la objetividad periodística sin perder la frescura de la pasión personal.
Con experiencia en redacción digital y un estilo cercano, su trabajo refleja un equilibrio entre la actualidad informativa y la sensibilidad cultural. Su objetivo es que cada pieza que escribe no solo informe, sino que también entretenga, emocione y conecte con la audiencia.
