Ana Rosa Quintana dedicó parte de su programa de ayer a hablar de gente con tallas grandes, dietas, tipos de alimentación, etc. En una de las conexiones que hicieron a lo largo del debate apareció Pepiú, un humoriasta catalán que comenzó dando un testimonio acerca de su relación con la comida.
Ana Rosa le dijo que conocía a gente en la misma situación que él y que con esfuerzo conseguían adelgazar. La presentadora debió de pensar que el testimonio era en serio, lo que no sabía es que Pepiú la iba a ‘trolear’ con la despedida.

Tras hablar con Ana Rosa le dijo: “Un beso, María Teresa”, en clara alusión a María Teresa Campos.

Tras hablar con Ana Rosa le dijo: “Un beso, María Teresa”, en clara alusión a María Teresa Campos. La pregunta entonces es: ¿cómo nadie del equipo de Ana Rosa supo prever que la conexión en directo iba a terminar de esa manera y que la intención del invitado era ‘trolear’ a Ana Rosa y no dar su testimonio.

“Ana Rosa hubiese comenzado ayer mismo la búsqueda del responsable”
Fuentes de la industria apuntan a que este tipo de errores no gustarían en absoluto a Ana Rosa Quintana, que además es la productora del programa y no se extrañarían si Ana Rosa hubiese comenzado ayer mismo la búsqueda del responsable que había permitido que este invitado se colara en directo.

“Yo me llegaba a meter 15.000 – 20.000 calorías al día”, dijo en broma el humorista, cuando todo el mundo pensó que estaba hablando en serio.
El vídeo:
Hui he parlat en el programa de Ana Rosa. Lo millor? El final, com sempre… 🙄🙃🤣🤣 pic.twitter.com/id6VUHscoI
— Pepiu (@PepiudCastellar) October 17, 2023
Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, donde descubrió su pasión por contar historias que conectan con las personas y reflejan la cultura de su tiempo. Su trayectoria profesional está marcada por un interés constante en la música, los medios de comunicación y la forma en que ambos influyen en la sociedad.
Fanático de la música y de las listas de éxitos, sigue con detalle la evolución de los géneros, los artistas emergentes y los fenómenos virales que marcan tendencia a nivel global. Su curiosidad lo lleva a analizar no solo los números, sino también lo que hay detrás de ellos: los movimientos sociales, las narrativas artísticas y la influencia de la industria musical en la vida cotidiana.
Amante declarado de la estética videoclip, entiende este formato como un lenguaje artístico en sí mismo, donde música e imagen se fusionan para contar historias poderosas y crear iconos culturales. Su mirada combina análisis crítico con entusiasmo de fan, lo que le permite escribir desde la objetividad periodística sin perder la frescura de la pasión personal.
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