La última jornada del festival madrileño alcanzó su punto álgido con una actuación que quedará grabada en la memoria colectiva. La artista californiana provocó una auténtica revolución en el recinto, congregando a una marea humana que colapsó los alrededores del escenario principal horas antes de su esperada aparición.
El Mad Cool, que ha registrado más de 50.000 asistentes diarios en su edición más redonda hasta la fecha, vivió su momento más electrizante cuando Rodrigo emergió en escena con una teatral caída simulada sobre una cuerda floja virtual. El público, mayoritariamente femenino y juvenil, estalló en un frenesí que obligó a los servicios médicos a intervenir en varios casos de lipotimias y agotamiento.
Respaldada por una banda íntegramente femenina, la superestrella del pop demostró por qué es el fenómeno musical del momento. La organización, que brilló por su eficiencia durante todo el festival -salvando algunos problemas de sonido el primer día-, tuvo que reforzar la distribución de agua entre el público para evitar desmayos ante la intensidad del momento.
Esta edición del Mad Cool no solo destacó por sus cabezas de cartel, sino también por una logística impecable que facilitó tanto el disfrute de los conciertos como los desplazamientos hacia el centro de la ciudad, rompiendo así con la habitual pesadilla de los grandes festivales urbanos.
José es un periodista apasionado por la música, la televisión y la cultura pop. Con una amplia experiencia en el sector, ha escrito para diversos medios de comunicación, tanto online como impresos.
