¡Nacho Vegas vuelve a sacudirnos con “Alivio”, y vaya si lo necesitábamos! El trovador asturiano más inquieto de la escena indie española nos sorprende una vez más, demostrando que aún tiene mucho que decir y explorar. Cuatro años después de su aclamado “Mundos inmóviles derrumbándose”, Vegas se zambulle de lleno en aguas desconocidas con este adelanto de su noveno álbum, previsto para enero de 2026. Y créannos, el chapuzón promete ser refrescante.
“Alivio” nace de una experiencia casi mística en la Playa de San Lorenzo, donde Vegas tuvo un encuentro cercano del tercer tipo… ¡con un cormorán! Sí, habéis leído bien. Mientras se daba un baño, nuestro cantautor favorito sintió el roce de este elegante pájaro acuático bajo el agua, y boom: la chispa creativa se encendió. Inspirado por una frase de William Burroughs (“Quizá todo placer no es más que alivio”), Vegas comenzó a tejer una reflexión sobre el placer, el alivio y la belleza del mundo, todo ello condensado en el vuelo de unas alas negras. Poético, ¿verdad?
Pero no os dejéis engañar por la aparente profundidad filosófica. “Alivio” es un cóctel sorprendente que mezcla la ligereza del pop con el sabor añejo del blues y el folk. Vegas sigue siendo el maestro de las letras introspectivas, abordando temas como la condición humana y el conflicto eterno entre amor y odio. Sin embargo, lo hace con un toque fresco y renovado que nos recuerda por qué seguimos pendientes de cada uno de sus movimientos.
Musicalmente, “Alivio” es una delicia para los oídos. Imaginad a Calexico y Nick Cave teniendo un hijo prodigio, criado en las tierras del country orquestal, el folk pastoral y el blues de Louisiana. Ahora añadidle ese toque inconfundible de Nacho Vegas y voilà: tenéis el cóctel perfecto para sacudir la escena musical española. Los arreglos de cuerdas se entrelazan con percusiones hipnóticas y una guitarra eléctrica que parece susurrar secretos al oído. Es Vegas en su máxima expresión, pero reinventado.
El videoclip, dirigido por el talentoso Jordi Santos, es la guinda del pastel. Nos muestra a un Nacho Vegas en plena comunión con la naturaleza, buscándose a sí mismo en paisajes que parecen sacados de un sueño. Pero no todo es paz y tranquilidad: la oscuridad acecha, recordándonos que incluso en el paraíso, los demonios internos nos persiguen. Es un viaje visual que complementa perfectamente la atmósfera de la canción, invitándonos a sumergirnos en el mundo interior de Vegas. En resumen, “Alivio” no es solo una canción: es una experiencia sensorial completa que nos deja con ganas de más. Enero de 2026 nunca había parecido tan lejano. Nacho Vegas ha vuelto, y estamos más que listos para seguirle en esta nueva aventura musical.
