Unas 25 personas se dieron cita este sábado en Madrid para manifestarse en contra de la homosexualidad. La manifestación es tan ridícula y absurda que ni siquiera nos ha ofendido, aunque si nos preocupa que se les cedan espacios públicos para decir esas barbaridades. Da mucha pena ver a gente que se empeña en ser infeliz por lo que hagan otros ejerciendo su libertad para amar.
Ese hombre hablando de “gorilas depilados y tatuados inflados de esteroides” y de “esas mujeres que actúan como prostitutas ninfómanas redomadas”… o esa mujer diciendo que el matrimonio es la unión entre un “hombre macho y una mujer hembra” que también dice que ningún “maricón me va a impedir, que por muchas tetas y mucho culo que se ponga, no me va a quitar ni mi puesto ni mi lugar” ¿A qué se referirá esta mujer que luego habla en masculino “me siento orgullosO de ser hija, me siento orgullosO de ser esposa…”