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Bar El Quinqué de Cartagena, acusados de homofobia (y racismo)

Diego Gómez, un joven de Cartagena (Murcia) de 21 años, ha denunciado en su cuenta personal de Twitter un episodio vivido en el bar El Quinqué, un local de la ciudad murciana. Diego cuenta que estaba con su novio desayunando cuando, de repente, el dueño del local se les acercó y les dijo que no podían besarse en público porque eran dos chicos y había niños pequeños.

Vamos, la historia homófoba clásica de los que usan el «respeto a los pequeños» para no admitir que son unos homófobos recalcitrantres. Habría que preguntarle al dueño si hace lo mismo cuando se besan entre dos parejas heterosexuales.

El protagonista del vídeo, Diego, dice que fue a Consumo porque se lo dijo su madre, a llevar la hoja de reclamaciones que había formulado, pero nos gustaría decirle que a donde tiene que ir es a la Policía, a denunciar el episodio. No se trata de un conflicto relacionado con la calidad del local ni es algo que esté regulado en la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios. Es algo que está tipificado en el Artículo 510 2.a) del Código Penal:

2. Serán castigados con la pena de prisión de seis meses a dos años y multa de seis a doce meses:

a) Quienes lesionen la dignidad de las personas mediante acciones que entrañen humillación, menosprecio o descrédito de alguno de los grupos a que se refiere el apartado anterior, o de una parte de los mismos, o de cualquier persona determinada por razón de su pertenencia a ellos por motivos racistas, antisemitas u otros referentes a la ideología, religión o creencias, situación familiar, la pertenencia de sus miembros a una etnia, raza o nación, su origen nacional, su sexo, orientación o identidad sexual, por razones de género, enfermedad o discapacidad, o produzcan, elaboren, posean con la finalidad de distribuir, faciliten a terceras personas el acceso, distribuyan, difundan o vendan escritos o cualquier otra clase de material o soportes que por su contenido sean idóneos para lesionar la dignidad de las personas por representar una grave humillación, menosprecio o descrédito de alguno de los grupos mencionados, de una parte de ellos, o de cualquier persona determinada por razón de su pertenencia a los mismos.

En cualquier caso, solo hay que ver algunos de los comentarios de las cuentas de Google de Bar El Quinqué y Bar El Candil (al parecer de los mismos propietarios) para ver cómo parece que se las gastan:

Parece que en esos locales no solo se habrían dado episodios homófobos sino que también tendrían, según algunos comentarios en Google, situaciones de racismo y machismo. Incluso un comentario afirma cómo escucharon al dueño llamar «tonta» a la camarera delante de los clientes.

Vamos, canela en rama.

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