Ay, pobre Beyoncé. Estaba la muchacha cantando ‘Halo’ desgañitada en un concierto de Montreal cuando pasó lo que más temía en el mundo: que la peluca se le enganchara en uno de los ventiladores del show.
Cualquier persona de pelo normal se habría pegado cuatro tirones y listo, pero Beyoncé no estaba como para pegárselos, porque se habría quedado sin peluca delante de 20.000 personas.
Menos mal que su personal de seguridad reaccionó (un poco tarde, porque se quedan un minuto mirándola sin saber qué hacer), consiguieron unas tijeras y liberaron a Beyoncé del ventilador sin necesidad de dejarla calva. Hala, la peluca que pase por chapa y pintura y mañana ya se la puede colocar otra vez

Periodista y Graduado en Derecho, combina la solidez académica con una mirada crítica y analítica sobre la cultura contemporánea. Su formación jurídica le aporta rigor y capacidad de contextualizar los fenómenos sociales, mientras que su experiencia periodística le permite comunicar con claridad, frescura y cercanía.
Experto en televisión, música y cine, ha seguido de cerca la evolución de la industria del entretenimiento durante más de una década. Su mirada se centra tanto en los grandes nombres como en las nuevas voces que marcan tendencia, ofreciendo un análisis que mezcla conocimiento técnico con pasión por la cultura popular.
Ha escrito en los principales medios de comunicación en España, participando en secciones de actualidad, crítica cultural y reportajes especializados. Su versatilidad le ha permitido cubrir desde entrevistas con artistas de primer nivel hasta análisis de fenómenos mediáticos y sociales.
Además, publica en Internet desde 2007, consolidándose como uno de los primeros periodistas de su generación en comprender el poder de lo digital como espacio de creación y conversación. Su trabajo en la red ha contribuido a abrir debates, difundir tendencias y acercar la cultura a una audiencia global.
Con un estilo propio que combina profesionalidad y cercanía, sus textos buscan siempre informar, entretener y provocar reflexión en quienes los leen.
