Leemos en el Huffington Post que Guido Barilla (presidente del grupo alimenticio Barilla), tras ser preguntado hoy si harían publicidad con una pareja gay como imagen, ha dicho: “No haremos publicidad con homosexuales porque nos gusta la familia tradicional. Si los gays no están de acuerdo, siempre pueden comer pasta de otra marca. Todos son libres de hacer lo que quieran porque no molestamos a nadie”
Vale, cada uno se anuncia donde quiere y cuando quiere pero es absurdo que el presidente de una multinacional que se dedica a los productos básicos de consumo pierda un target comercial tan potente como el gay por no haber sabido dar una respuesta correcta. Podría haber respondido “¡pues no se nos había ocurrido, lo pensaremos!” y casi diciendo lo mismo no consigues que un montón de gente del target gay deje de comprar tu pasta. Además, se vuelve todo más absurdo cuando hay estudios de consumo que dicen que el target gay es uno de los que prefiere, por lo general, comprar primeras marcas y no marcas blancas.
Pues eso, que Barilla ha perdido un montón de compradores de golpe y zumbido. Mira, nos pasamos a Giovanni Rana, que a lo mejor también es homófobo pero por lo menos se lo calla.

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