El propietario de un restaurante chino en la provincia de Shaanxi ha confesado a la policía cuál era el ingrediente secreto que hacía que sus clientes volvieran una y otra vez: opio (de donde sale la morfina). ¿Y cómo aceptó confesar? Tampoco es que estuviera loco de ganas de hacerlo pero las pesquisas llevaron hasta su restaurante cuando uno de sus clientes dio positivo en el test anti droga que le hicieron en un control de tráfico.
Liu Juyou era el conductor que juro a la policía que no había consumido drogas. El testimonio pareció tan convincente a los agentes que se pusieron a investigar y tramaron una pequeña «trampa». Llevaron a toda la familia de Liu a comer al restaurante para luego hacerles el mismo test antidroga… y ¡Bingo!
El dueño del restaurante al verse acorralado confesó que había comprado un kilo de opio en agosto y que lo había estado salteando en sus comidas al ver que los clientes volvían como locos a repetir casi todos los días. La práctica de condimentar con drogas la comida es milenaria en China pero está prohibida desde hace décadas.
Periodista y Graduado en Derecho. Experto en televisión, música y cine. Ha escrito en los principales medios de España y publica en Internet desde 2007.