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Los primeros datos de la caja negra del vuelo de Germanwings

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Dos días después del siniestro del avión de la compañía alemana Germanwings en Los Alpes, los equipos de rescate reanudan los trabajos para recuperar a los cadáveres de los 150 fallecidos y los familiares comienzan a llegar a la zona. La única caja negra recuperada hasta el momento, que grabó las conversaciones en cabina, revela que uno de los dos pilotos del A320 estaba fuera de la cabina en el momento del accidente y no logró volver a entrar a pesar de que golpeó la puerta con insistencia para hacerse oír, según The New York Times y la agencia de noticias francesa AFP.

Declaraciones del fiscal:
«La interpretación de la actuación del copiloto, que se negó a abrir la puerta de la cabina al piloto una vez que salió, indica que tenía la intención y la voluntad de destruir el avión»

«Se escucha la respiración del copiloto, lo que revela que estaba vivo. Se escuchan las llamadas de la torre de control, sin respuesta»

«Se oyen golpes para echar abajo la puerta»

«No sé si es un acto suicida. Solo puedo decir que voluntariamente permitió una pérdida de altitud anormal, de mil metros por minuto, y no tenía ninguna razón para hacerlo ni para impedir que el piloto volviera a cabina ni para no responder a la torre de control»

«Los gritos de los pasajeros solo se escuchan en el último momento del impacto. En la cabina, nada, silencio total, ni una sola palabra en 10 minutos pero se escucha respirar»

Sobre el copiloto, que impidió el paso del piloto a la cabina:

El copiloto se llamada Andreas Lubitz, de 28 años de edad, según ha afirmado Robin, mientras que una portavoz de Lufthansa ha confirmado que este trabajaba para Germanwings desde septiembre de 2013. Se había formado en la escuela de Lufthansa en la ciudad de Bremen y acumulaba 630 ahoras de vuelo.

Varios medios alemanes afirman que era originario de la población de Montabaur (unos 13.000 habitantes), en la región de Renania-Palatinado. Según la alcaldesa de esa localidad, Gabriele Wieland, vivía en el pueblo en casa de sus padres, aunque también tenía vivienda en la ciudad de Düsseldorf, donde debía aterrizar el avión siniestrado.

Según informa la emisora francesa Radio Europe 1, el piloto, que se quedó fuera de la cabina antes del siniestro, volaba para Lufthansa y Germanwings desde hacía 10 años y era, por tanto, un profesional experimentado con más de 6.000 horas de vuelo.

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