Katy Perry comenzó ayer en Montreal su ‘Witness: The Tour’, que la tendrá entretenida durante 85 conciertos en los próximos meses. El tour sigue en la línea de su anterior gira ‘Prism’ y está claramente enfocado a dos ‘targets’ diferentes a los que en algunos momentos contenta con el mismo número por razones diferentes: el público Marijose y las niñas.
De hecho, el concierto tiene una parte en la que Katy sube a un padre del público con el que juega al baloncesto en medio de una ‘Swish Swish’ eterna. Katy, como si fuese Teresa Rabal, hace un pequeño teatrillo pensando en las niñas que han pagado por el concierto. Y decimos niñas en femenino porque es la propia Katy la que en varias ocasiones habla de “las niñas que han venido con sus padres a verme”. ¿No hay niños? ¿O a los niños los mete directamente en el saco marijose?
A falta de ver el tour en condiciones, expele la misma sensación que otros conciertos de la artista: mucha fanfarria a lo loco: camas elásticas, plataformas voladoras, pantallas LEDs en su ropa…
A España no viene, así que si quieres verla tendrás que pegarte un viajecito.

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Ha escrito en los principales medios de comunicación en España, participando en secciones de actualidad, crítica cultural y reportajes especializados. Su versatilidad le ha permitido cubrir desde entrevistas con artistas de primer nivel hasta análisis de fenómenos mediáticos y sociales.
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