Todos sabemos que la política, desde hace un tiempo o quizás desde toda la vida, se está convirtiendo en una cosa más mediática que pragmática. Cada vez más, algunas formaciones políticas buscan nichos en los que hacerse fuerte, en lugar de trabajar por el cambio de las desigualdades. Y esto es lo que nos parece que está sucediendo con la nueva Ley Trans.
¿De verdad alguien se cree la espontánea preocupación de Íñigo Errejón por las personas trans? ¿Sabía que existían hace un par de años? Que oye, está muy bien evolucionar, pero llegar de nuevas y querer sentar cátedra, nos parece como poco atrevido, por no decir insultante para las personas que llevan tantos años defendiendo la igualdad.
Determinados partidos estan encantados con la narrativa que están consiguiendo desarrollar en las redes sociales, que se limita a mezclar términos como ‘terfas’, ‘trásnfobas’ y otros tantos términos para describir a políticos del PSOE. El colmo ha llegado con declaraciones de representantes de organizaciones trans avisando al PSOE de «que no aparezca» en el Orgullo.
¿Pero qué locura es esta? El partido que ha aprobado el matrimonio igualitario, que hizo la primera Ley Trans en 2007… ¿ahora no puede ir al Orgullo? A nuestro juicio, ya se equivocó parte del colectivo con esa prohibición a Ciudadanos de que no apareciesen por el Orgullo. Inés Arrimadas te puede parecer una monta pollos y puedes tener tus distancias ideológicas con el partido, pero ¿expulsar a alguien del Orgullo? ¿Por qué ser anti algo cuando puedes ser pro lo que tú defiendas?
Lo más preocupante es que no entran al detalle de por qué el PSOE se ha abstenido en la votación y se limitan a tacharlos poco menos que de tránsfobos, cuando la realidad va por otro camino. Veamos:
El principal escollo de esta propuesta de Ley es este Artículo:
Artículo 12. Requisitos para acordar la rectificación.
- La solicitud de rectificación registral de la mención de sexo no precisa de más requisitos que la declaración expresa, de la persona interesada o de sus representantes legales, de acuerdo con lo establecido en esta Ley, indicando el nombre propio, en su caso, y sexo registral con los que se siente identificada, a fin de acreditar la voluntad de la persona interesada, así como los datos necesarios de la inscripción que se pretende rectificar, y el número del documento nacional de identidad.
- El ejercicio de este derecho en ningún caso podrá estar condicionado a la previa exhibición de informe médico o psicológico alguno, ni a la previa modificación de la apariencia o función corporal de la persona a través de procedimientos médicos, quirúrgicos o de otra índole, sin perjuicio del derecho de la persona interesada a hacer uso de tales medios.
El principal escollo de la Ley es el Artículo 12, que establece que para la rectificación registral solo será necesaria una declaración expresa. En este punto es en el que miembros del PSOE piden que se acompañe esta declaración con algún tipo de complemento, como pueda ser el testimonio de una persona cercana.
En un mundo ideal, sería fantástico poder cambiar de género en el Registro Civil con solo una declaración expresa, o ¡incluso ni tener que ir a cambiar el género al Registro porque no tenga importancia! pero en una sociedad que se rige por la seguridad jurídica en ocasiones son necesarios ciertos trámites para garantizarla. Sobretodo porque esa seguridad jurídica es la que beneficia a todas las personas. A todas.
Está claro que la Ley de 2007 se puede mejorar y que se pueden dar paso hacia la autodeterminación libre del género, pero tampoco pasa nada por aceptar que hay procesos relativos al Registro Civil que requieren de una, aunque sea mínima, burocracia. Cuando nacemos hay que presentar la partida de nacimiento, cuando nos casamos hay que llevar primero un testigo, y luego en el momento de la boda presentar dos adicionales que no sean familiares.
Y bueno… no habíamos leído el borrador de la Ley pero tras hacerlo, coincidimos con muchas voces que habían manifestado que la redacción jurídica era bastante pobre. En algunas partes parece un trabajo hecho por niños de 9 años en el colegio.
Por cierto, discernir en las diferentes maneras de conseguir un mismo fin, no convierte a unos en fachas y otros en dioses, ni a unos en trásnfobos ni a otros en la panacea de los derechos LGTBI. Aprendamos a debatir de forma constructiva.
Periodista y Graduado en Derecho. Experto en televisión, música y cine. Ha escrito en los principales medios de España y publica en Internet desde 2007.