Acababan de vivir una experiencia “desastrosa” en su primer tour por Estados Unidos, donde les habían ignorado y se habían burlado de ellos. Por eso, los Rolling Stones esperaban resarcirse en su país cuando llegaron a la ciudad costera de Blackpool el 24 de julio de 1964 para presentar su primer LP homónimo y su primer número 1, “It’s all over now”.
Blackpool es una popular ciudad inglesa a orillas del mar de Irlanda, en el condado de Lancashire, y uno de los principales destinos turísticos veraniegos. Según Ultimate Classic Rock, muchos de sus visitantes, famosos por ser quisquillosos, llegaban para disfrutar de sus vacaciones con más de unas pocas bebidas.
Ese fue el escenario al que los Rolling Stones, cargados con la mochila de “chicos malos” tras su decepcionante aventura americana, se propusieron agradar al exigente público local. La expectación era enorme, y los fans acudieron en masa al concierto.
Sin embargo, la actuación no salió como esperaban. “A algunas de las personas del público, obviamente, no les gustábamos”, reconocería más tarde Mick Jagger. Y es que, según los informes, una patada en la cara a un espectador tras un escupitajo provocó uno de los grandes motines en la historia del rock.
Los Rolling Stones tuvieron que salir corriendo para ponerse a salvo mientras la multitud se descontrolaba. Fue una noche que pasaría a los anales de la música como uno de los incidentes más memorables protagonizados por la banda.
A pesar de este bautismo de fuego, los Rolling Stones lograron consolidarse como una de las grandes leyendas del rock and roll. Pero aquel caótico concierto en Blackpool les enseñó que su imagen de “chicos malos” tenía un precio que a veces era difícil de pagar.

José es un periodista apasionado por la música, la televisión y la cultura pop. Con una amplia experiencia en el sector, ha escrito para diversos medios de comunicación, tanto online como impresos.
