Iggy Azalea ha cerrado definitivamente el capítulo de su carrera como rapera. La artista australiana, que en los últimos años ha dirigido su atención hacia proyectos empresariales y digitales, dejó claro el pasado viernes 28 de noviembre que no planea regresar a la industria musical.
La aclaración llegó a través de Instagram, cuando la intérprete de “Fancy” compartió un selfie que provocó la pregunta de un fan sobre si había firmado recientemente un nuevo contrato discográfico.
“Ni de coña”, respondió Azalea en los comentarios. “Pero sí estuve considerándolo durante semanas. Ahora tengo muy claro que no quiero volver a la industria de la música”.
Su comentario llega tras años de distanciamiento gradual de los lanzamientos importantes. El último álbum de estudio de Azalea, The End of an Era, salió en 2021 y marcó un hito personal, pensado como un cierre antes de dar un giro hacia nuevos caminos creativos. Su debut en 2014, The New Classic, tuvo un impacto global con el single número 1 en Billboard “Fancy” y la consolidó como una de las raperas australianas más exitosas comercialmente de la década.
A principios de este año, Azalea denunció públicamente en X (antes Twitter) que Universal Music Group le debía lo que describió como “millones de dólares atrasados” por regalías internacionales. Afirmó que la cantidad en cuestión estaba en el “rango de ocho cifras” y dijo que la corporación “técnicamente robó” sus ganancias durante los primeros años de su carrera. UMG no hizo comentarios en su momento, e Iggy ha seguido abordando el tema mientras defiende los derechos de los artistas y la transparencia en las regalías.
En agosto, habló sin rodeos en ABC News sobre las presiones que experimentó en el punto más alto de su fama. Recordó haber sido etiquetada como “producto de la industria” desde el principio y describió la industria del rap como un “campo de batalla”. “Iba pisando minas por todos lados y simplemente no pude sobrevivir. No es algo sobrevivible”, declaró. Añadió que, aunque cometió errores en el camino, el desgaste emocional de navegar el foco mediático terminó transformando su relación con la música.
“Hay cosas en las que me metí que merecí, o cosas que podría haber hecho mejor”, explicó. “Pero no puedo pasarme todo el día lamentándome por eso. Es parte de la vida”.
Desde entonces, Azalea se ha centrado en proyectos empresariales —incluyendo iniciativas de criptomonedas y trabajo creativo online— y no ha dado señales de reconsiderar su decisión. Sus últimas declaraciones sugieren que su retiro de la música es definitivo, sin planes de comeback en el horizonte.