África no suele encabezar las listas de destinos LGTB, pero algunos rincones del continente están demostrando que la hospitalidad y la seguridad para viajeros gays son posibles. Kigali, la capital de Ruanda, se ha convertido en el ejemplo más inesperado de esta transformación.
1. Kigali, Ruanda: la revolución silenciosa
La capital ruandesa ha experimentado una metamorfosis notable en la última década. Aunque la homosexualidad sigue siendo técnicamente ilegal en el país, Kigali se ha distinguido por su ambiente relativamente tolerante y su política de no persecución activa.
La ciudad destaca por su limpieza excepcional, seguridad y una creciente escena cosmopolita. Varios hoteles boutique y restaurantes de la zona de Kimihurura han adoptado políticas inclusivas, y no es raro encontrar parejas del mismo sexo alojándose sin problemas. El Kigali Genocide Memorial y los safaris en el Parque Nacional de los Volcanes para ver gorilas son experiencias imprescindibles.
La comunidad expatriada ha contribuido a crear espacios seguros, y organizaciones locales trabajan discretamente por los derechos LGTB. Aunque la vida nocturna gay no es visible, la ciudad ofrece tranquilidad y respeto que muchos viajeros valoran por encima del activismo público.
2. Ciudad del Cabo, Sudáfrica: el referente indiscutible
Sudáfrica es el único país africano con matrimonio igualitario en su constitución, y Ciudad del Cabo es su epicentro gay. El barrio de De Waterkant concentra bares, clubes y saunas, mientras que la playa de Clifton 3rd es el punto de encuentro veraniego.
La ciudad celebra el Cape Town Pride cada febrero, y eventos como el Mother City Queer Project demuestran el activismo vibrante de la comunidad. Desde el teleférico de Table Mountain hasta los viñedos de Stellenbosch, Ciudad del Cabo combina naturaleza espectacular con una vida LGTB consolidada.
3. Essaouira, Marruecos: bohemia con matices
Esta ciudad costera marroquí ha sido históricamente refugio de artistas y espíritus libres. Aunque Marruecos mantiene leyes contra la homosexualidad, Essaouira tiene fama de ser más relajada que otras ciudades del país.
Su medina declarada Patrimonio de la Humanidad, las playas ventosas perfectas para kitesurfing y el ambiente bohemio atraen a viajeros LGTB que buscan discreción. Varios riads son conocidos por recibir parejas gay con naturalidad, especialmente aquellos gestionados por europeos. La prudencia sigue siendo necesaria, pero muchos viajeros reportan experiencias positivas manteniendo un perfil moderado.
