Kylie Minogue ha concedido una entrevista para la revista GQ en la que hemos tenido que escarbar para sacar algo interesante. Párrafos y párrafos de palabrería del periodista que no aportan mucha chicha o que por lo menos decepcionan a los que esperaban una entrevista a fondo con la pequeña cantante australiana. Por cierto, en la foto de portada parece Norma Duval.
La única parte en la que la entrevista se pone interesante es cuando Kylie Minogue habla sobre su experiencia, este pasado verano, en el Festival de Glastonbury, donde actuó por fin tras no haber podido hacerlo hace 14 años cuando tuvo que poner en ‘stand by’ su carrera por culpa del cáncer.
El entrevistador le pregunta si ha vuelto a ver la actuación y ella contesta: «Sí, la vi otra vez esa misma noche y luego la volví a ver unos días después, cuando pude estar relajada y verla yo sola con mis pensamientos». El periodista, que debe de notar algo en el tono de voz de la hermana de Dannii le pregunta: «¿Y cómo reaccionaste?».
Aquí es donde llega la bomba. Kylie dice que no paró de llorar mientras lo veía. «Creo que no lo hice tan bien como debería haberlo hecho. Siempre soy muy crítica. ¿Se suponía que tenía que ser una de las cúspides de mi carrera? Pues no fue suficiente. Soy mejor de lo que se ve en ese concierto… estoy bien ahora, más o menos».
La mujer de las antípodas se sigue explicando: «Simplemente, lo que vi no era perfección para mis ojos. No llegué a todas las notas, uno de los micrófonos de las coristas no estaba ni siquiera encendido… Cosas».
La verdad es que cuando lo vimos este verano nos pareció un concierto espantoso, como una despedida de soltera gigante. En cualquier caso, quizás Kylie debería preocuparse más por su próximo album de estudio y no tanto por un concierto. Pero claro, ella está muy ocupada lanzando recopilatorios como churros.
Periodista y Graduado en Derecho. Experto en televisión, música y cine. Ha escrito en los principales medios de España y publica en Internet desde 2007.