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Entrevistas

Mastodonte: «No tenemos prejuicios con la música siempre que sea coherente y de verdad»

Asier Etxeandia y Enrico Barbaro han unido fuerzas para crear uno de los proyectos musicales más interesantes que hemos escuchado en la industria española en los últimos años. Hemos hablado con los protagonistas largo y tendido sobre la creación, la industria musical, el ego y las influencias que han recolectado para su primer album. En noviembre darán sus primeros conciertos en Madrid, Barcelona y Bilbao.

¿Cómo surge el proyecto, a raíz de trabajar juntos en ‘El Intérprete’?

Asier Etxeandia: Los cuatro años que estuve girando con ‘El Intérprete’ fueron un ejercicio bastante intenso de desnudarse y de ser cobaya de uno mismo, y la presencia de Enrico en el espectáculo me produjo muchísima calma. Pasábamos mucho tiempo juntos antes del ‘show’, en las pruebas de sonido, probando cosas, improvisando… De repente ver la apertura musical que tenía, su falta de prejuicio con la música, su forma de ser, lo abierto que era y la calma que me daba. Sus inspiraciones y objetivos en la música eran parecidos a los míos así que un día lo vi claro y le entré a ‘bocajarro’ y le dije: «¿Quieres hacer un disco conmigo?». Y así fue. Nos encerramos durante dos años por tiempos. Yo llevé cosas que tenía, el trajo cosas que tenía y ya nos pusimos a crear. Más bien fue el disco el que empezó a crearnos a nosotros.

¿Te sorprendió, Enrico, la propuesta de Asier o es algo que te esperabas?

Enrico Barbaro: Sí. Como dice Asier, en esas improvisaciones que hacíamos durante los 20 minutos que teníamos para la prueba de sonido nos dimos cuenta de que era evidente, teníamos que hacer algo juntos.

Asier, tú en paralelo a tu carrera de actor ya habías coqueteado con la música, por ejemplo con la versión de ‘Por qué a mi me cuesta tanto’ de Fangoria, ¿te picaba ya la curiosidad de ser cantante antes de ser actor?

Asier Etxeandia: Yo desde siempre. No me gustan mucho las categorías, ni siquiera los estilos musicales. Yo me considero artista, y no es porque suene mejor, sino porque realmente me siento seducido por el arte y sobre todo por la música, desde que era pequeño. Como intérprete utilizo mi cuerpo, mi voz, me hago el vestuario… es lo que he hecho desde pequeño. La vida, que es más inteligente que nosotros, me ha llevado hacia un lugar en el que mi carrera como actor ha sido mucho más visible o quizás me ha enseñado lo que me faltaba para tener el conocimiento suficiente como para hacer un disco con este hombre. Nos ha pillado en un momento de madurez, estamos ya entre los 40 y los 50, y ha tenido que ser ahora, quizás antes no teníamos tanto que contar. Y la sensación es que todo ha sido un camino para llegar aquí. La música siempre ha formado parte de mi vida y creo que todo lo que he hecho hasta ahora me ha traído aquí.

¿Y tú Enrico, habías fantaseado también con lanzar un proyecto musical o te has sentido más cómodo siempre como músico?

Yo siempre he sido bajista, era el instrumento con el que más cerca de la batería podía estar (porque me fascina la batería). Pero al igual que el cantante que pinta, el actor que dibuja, a mi me interesa mucho la técnica del estudio de grabación, la sonorización de películas. La producción la he hecho yo con programación pero luego hemos metido muchos instrumentos analógicos. Incluso nos fuimos a Nápoles a grabar baterías.

¿Cuántos instrumentos suenan en el disco, me da la sensación de escuchar por lo menos 15 diferentes?

Enrico Barbaro: Batería, guitarras, violines, violoncello, saxo, trombón, trompeta, órganos… Toda la pre producción la hice yo para luego pedir a los músicos: «necesito que me toques esto». Hay también un Taus, que es como una mezcla de sitar y cello. Tiene forma de cisne, por lo menos el que nos trajo nuestro violonchelista. Porque le enseñamos el tema (‘Malenka’) y nos dijo: «Esto suena como muy oriental. Tengo en casa un instrumento que le puede ir muy bien a la canción» y nos trajo el Taus.

¿Cómo os repartís el trabajo? No se si estoy prejuzgando pero me da la impresión de que Asier lleva la parte más lírica y Enrico la parte más musical.

Asier Etxeandia: Sí, empezó así. Yo llevaba como melodías que tenía grabadas y letras, escritas desde hace mucho tiempo. Él traía también cosas… Pero una vez que nos pusimos a trabajar todo se mezcló. Él ha diseñado todo el sonido del Mastodonte pero también ha colaborado en algunas letras. Nos íbamos descubriendo en el proceso el uno al otro.

Enrico Barbaro: En general la revisión ha sido de los dos, tanto musicalmente como con las letras. Las letras son mucho de la forma que Asier tiene de decir las cosas.

¿Cómo os planteasteis la creación de cada canción? Porque musicalmente he encontrado estilos muy distintos: desde industrial hasta bossa nova, minimal, funky, disco…

Asier Etxeandia: (risas) Uno de los problemas más grandes que hemos tenido ha sido cuando la gente nos preguntaba qué género hacíamos. Una de las identidades que tenemos es que no tenemos prejuicios con la música siempre que sea coherente y sea de verdad. Y la verdad es que las canciones están planteadas como actos en la vida de un ser. La mayoría de las letras vienen de sucesos que he vivido yo pero que he tratado trasladar a que son escenas o fases que todos vivimos en la vida. Desde dónde naces, cuáles son tus objetivos cuando conoces el amor, cuándo tienes que cambiar con todo y salir huyendo de algún lugar, cuándo descubres el verdadero amor, cuándo te das cuenta de que lo único que te queda es reirte de ti mismo. Cuándo te toca bailar, cuando te toca llorar… Intentamos contar algo que tiene que ver con el Mastodonte, que para mi la línea argumental del Mastodonte es la puta vida. Que es como un Mastodonte que te persigue y que te hace enfrentarte a ello. Esto nos inspiró mucho para empezar a trabajar. Nos pareció bien influenciarnos de todas nuestras inspiraciones. Desde Bowie a Jobim, al pop, la electrónica, el rock…

Enrico Barbaro: Siempre es la canción la que pide el estilo. ¿Cuál es el que color que mejor le va a este cuadro? ¿Cuál es el traje que necesita esta canción? La canción nos lo pedía.

¿Os ha ayudado el trabajar de manera conjunta para conseguir que esas canciones sean actos y que se pierda un poco ese tinte autobiográfico?

Asier Etxeandia: Efectivamente, en este momento yo desaparezco, Enrico también… estamos al servicio de la historia que ha ido surgiendo. Cada canción es una especie de acto o de escena, con una atmósfera, con un ‘crescendo’. Es importante también saber qué canción ha ocurrido antes para comprender la que sigue.

He notado que todas las canciones tienen en común que se transforman. Empiezan de una manera y van cambiando de estructura e incluso de género. ¿Ha sido premeditado?

Asier Etxeandia: Quizás tenga algo de premeditado. A mi hay algo que siempre me ha fascinado y es lo que no te esperas, ese ‘crescendo’, ese cambio, como algo que rompes. Que empieza de una manera y va hacia algún lugar. Aunque es cierto que el ‘in crescendo’ es algo que nos gusta para todo en la vida (risas) creo que las canciones se han ido haciendo solas, la propia letra a veces pedía otro tipo de energia.

Enrico Barbaro: Yo creo que tiene que ver un poco con la edad nuestra. Vengo de una generación que escuchaba Génesis, Pink Floyd. Para mi el concepto canción es muy moderno. Soy más de albums. O de esas canciones que empiezan de una forma, se transforman en otra cosa y acaban de otra manera, que duran 15 minutos.

¿En algún momento de la creación os planteasteis: «tenemos que hacer algo un poco más comercial como primer single»?

Asier Etxeandia: No, porque tenemos la suerte de que también nos gustan las cosas comerciales (risas).

Da la impresión de que os ha salido un album muy fresco porque precisamente habéis hecho lo que os ha dado la gana y no os habéis tratado de ceñir a ninguna fórmula…

Enrico Barbaro: Este album está completamente auto producido. No tenemos a nadie que nos haya podido hacer ninguna presión a parte de nuestras inseguridades. Controlo los criterios productivos de los últimos 20 años en la industria y es muy triste ver algunas cosas que se han hecho…

¿Por qué creéis que algunas discográficas coartan la libertad creativa de sus artistas y les piden hacer determinadas fórmulas buscando el éxito asegurado?

Enrico Barbaro: Porque no saben ni ellos lo que quieren.

Asier Etxeandia: Porque no son artistas. Está completamente mercantilizado y si te van a pagar un disco te van a pedir que hagas eso. Yo y Enrico llevamos toda la vida ahorrando para poder grabar el disco que nos ha dado la gana. En ningún momento hemos pensados cosas como «esto es lo que se lleva, vamos a hacerlo».

Enrico Barbaro: Frank Zappa cuenta en un documental que antes en los 70 cuando ibas a una discográfica te encontrabas al típico gordo, facha asqueroso con su puro y le decías: «Mira, que yo hago un estilo nuevo». Y el de la discográfica invertía y resulta que esa fórmula funcionaba. «Ese gordo» resulta que era mucho más abierto que los que hay ahora. Luego dice que poco a poco, los jóvenes que trabajaban para ellos comenzaron a influir porque «el gordo» pensaba que ellos sabían mejor cuál era la música que se llevaba. En cuanto dieron prioridad a lo que pensaban que el público quería hundieron el mercado.


Voy a volver al tema de las letras, que creo que tienen también un estilo propio. A la primera escucha me dieron la impresión como muy fuerte. Pensé: joder, estos tíos están muy atormentados…

Asier Etxeandia: (risas) Sí, pero lo bailamos.

Miré un poco por internet para ver vuestras biografías y vi que estabais felices de la vida, por lo que me imaginé que no eran del todo autobiográficas. ¿Hay algo de fantasía o de ficción?

Asier Etxeandia: Yo estoy seguro de que tú te has sentido como en algunas de las canciones en algún momento de tu vida. Son historias de la vida en la que encuentras maravillosos momentos para crear: cuando te han dejado, cuando no has tenido un puto duro, cuando te has ido de fiesta, te han pegado y has acabado en pelotas debajo de un puente… A mi lo que más me interesa como artista es utilizarme a mi mismo como cobaya para ver cómo me enfrento a lo que me pasa. Y yo me enfrento en las situaciones más terribles y más felices con la música. Trasladándolo a un ‘show’. Todas las canciones están pensadas para el directo, en cómo las va a recibir el otro. Y me hace mucha ilusión que el espectador diga: «Joder, esto no me pasa a mi solo». Pero todo el disco tiene cierto sentimiento como de energía, de fiesta, de celebración. Como que no importa lo que te pase si no cómo lo resuelvas.

Quizás influye mucho la voz de Asier, ese desgarro, que aunque estés cantando algo feliz le da como ese toque extra de dramatismo…

Asier Etxeandia: (risas) He crecido con Shakespeare, tío, no puedo evitarlo… Puede ser, no lo había pensado. Yo en el día a día soy muy pava, pero cuando tengo que escribir de algo…

Enrico Barbaro: Eres pasional.

Asier Etxeandia: Sí, soy bastante barroco y bastante intenso. (risas)

En cualquier caso el equilibrio de la voz tan dramática con esos toques de electrónica minimalista creo que consigue un resultado genial, y no es por pelotear.

Asier Etxeandia: Qué bien tío. Estamos nosotros fascinados hoy porque nos estamos encontrando con entrevistadores que han escuchado todo el disco.

Enrico Barbaro: Hasta ahora hemos razonado nosotros acerca de las canciones pero en cuanto llegan al oído del público ya no son tuyas.

¿En algún momento se barajó un disco «de Asier Etxeandia» producido por Enrico y no un proyecto conjunto?
Asier Etxeandia: Sí, en algún momento me lo planteé pero en cuanto comenzamos a hablar me di cuenta de que el proyecto comenzó a dejar de ser mío, porque yo cumplo un rol. Y tengo que ser honesto porque si este hombre no está a mi lado no existe Mastodonte ni existe el sonido que hemos conseguido, porque yo no soy músico.

¿Tuviste algún momento de lucha contra tu propio ego en ese proceso?

Asier Etxeandia: No me costó en absoluto, de hecho me libero bastante. Yo estoy hasta el coño de mi, aunque no lo parezca (risas).

Esto es otro prejuicio quizás, pero existe el estereotipo de que los actores sois más egocéntricos que los músicos, por eso te preguntaba…

Asier Etxeandia: Es que ¿sabes lo que pasa? Que son materiales muy diferentes. El músico puede estar detrás en la sombra pero el actor su instrumento es su cuerpo y tiene que mostrarse. Puedes ser un gran músico y quedarte así (simula quedarse quieto con la cabeza hacia abajo), pero un actor no puede hacer eso. Un actor tiene que estar hacia afuera y tiene que hacer un trabajo constante con su ego y con su cuerpo porque lo que está haciendo es exponerse. Y parece un ejercicio de ego pero lo que te enseñan en la escuela para ser actor es que tienes que darte, darte al público como un acto de generosidad.

Cuando yo comencé a trabajar con Enrico y vi que la música era lo que envolvía todo, y las canciones, y la atmósfera, el sonido, las imágenes que nos venían, el pensar en cómo hacer el directo… cuando me di cuenta de que todo estaba por encima de nosotros, sentí una liberación total.

Y hablando de egos: ¿habéis tenido algún roce durante la creación? ¿Sois fáciles de llevaros el uno con el otro?

Ambos: Ninguno.

¿Seguro?

Asier Etxeandia: Te lo juro tío.

Enrico Barbaro: Sí, además hemos tenido todo tipo de conversaciones. En ningún momento he pensado «esto no se lo puedo decir».

Durante la creación, ¿ha habido algún tema que haya sido el protagonista en las conversaciones?

Enrico Barbaro: El Mastodonte. Nos hemos dado cuenta de que iban saliendo temas y claro, cuanto más sólidos eran los temas más surgían las inseguridades. ¿Esto mola, esto funciona? ¿Esto es demasiado poético, demasiado barroco? ¿Este arreglo es demasiado antiguo? Y entonces comienzas a hacerte preguntas que te das cuenta de que no son más que las inseguridades, la vergüenza de enseñar lo que haces. Y al final nos hemos dado cuenta de que algo que lleva todo el mundo encima sobre los hombros es el complejo del impostor. El miedo a que te digan que lo que tú sabes hacer y te gusta te digan que es una mierda y te hundas. Obviamente los artistas siempre se enfrentan a esto porque llega un momento en el que tienes que enseñar lo que has hecho pero nos hemos dado cuenta de que es también algo universal, que hay mucha gente que nunca llega a sacar fuera lo bello que tiene dentro por el miedo a que se les juzgue. Y esto lo vemos en el Mastodonte, que ese animal gigante, que te pesa aquí en el cuello, y que lo llevas ahí y te hace agachar la cabeza, pensar que no puedes. Una especie de ‘auto bullying’. Es algo que te haces a ti mismo que te hace desaparecer. Y hacer falta un esfuerzo mastodóntico para salir de este estado. Por eso nos inspiró tanto el Mastodonte. Además porque somos altos…

Asier Etxeandia: Y vulnerables… Porque los mastodontes murieron todos de tuberculosis, la enfermedad de los románticos.

¿Y la grabación? Porque da la sensación de que casi todo suena a analógico.

Enrico Barbaro: Sí, todo es analógico, hasta los sintetizadores.

Pues a la hora de grabar debe de haber sido mucho más complicado, no poder modificar los MIDIs para sincronizar…

Enrico Barbaro: Bueno, se hace, se hace… (risas) Una vez de que estás convencido con el MIDI ya lo grabas en analógico y ya se queda así.

¿Cómo lo vais a llevar al directo?

Enrico Barbaro: Seguramente no podremos llevar a todos los músicos que han participado en la grabación. Queremos llevar dos baterías. Hemos encontrado un músico que toca la batería electrónica, que es diplomado en saxo, que toca la guitarra acústica… Es una maravilla.

Asier Etxeandia: Es una puta maravilla.

Enrico Barbaro: Y yo tocaré el bajo eléctrico y sintetizadores.

Asier Etxeandia: Y yo la pandereta (risas).

¿Dónde os gustaría presentarlo? ¿Más en salas, más en grandes festivales?

Ambos: Salas de conciertos y festivales todos los que podamos.

Habéis hecho una inversión grande a nivel personal pero también a nivel económico, porque el vídeo de ‘Redención’ está a un nivel de producción superior. Lo has dirigido tú, Asier, ¿es tu primera experiencia dirigiendo?

Asier Etxeandia: En formato videoclip sí. La forma en la que me planteo la dirección tiene que ver mucho con las imágenes, con los cuadros, con la expresión corporal, con los arquetipos… Con ciertas cosas que he aprendido en el teatro y que se pueden trasladar perfectamente a este formato.

¿Y has tenido alguna influencia? Porque veo desde ‘Hung Up’ de Madonna a Stanley Kubrick…
Asier: (risas) Que me digas que va desde Madonna hasta Kubrick es lo mejor que me puedes decir, tío. Enrico ha hecho además un tratamiento del sonido diferente al del disco.

Enrico Barbaro: He hecho la sonorización del principio y del final y he ‘destrozado’ el audio para que se funda mejor con el vídeo. Algunos cambios de escena tienen un efecto y otros, otro, he jugado también con las fases para que cambie el sonido de auricular…

¿Qué discos habéis escuchado durante la grabación?

Asier Etxeandia: Me llevé toda la colección de vinilos que tengo en casa, porque soy muy fan del formato, y pensé: todo el tiempo que no estemos grabando vamos a estudiar el formato vinilo, el formato disco. Hemos escuchado mucho Bowie, yo creo que es de lo que más nos ha influido, por lo menos a mi. También Nine Inch Nails, Roísín Murphy, Kraftwerk, Rolling Stones, Madonna… Y soy muy fan del ‘crooner’ y la Bossa Nova, del mundo jazz. Arcade Fire por ejemplo me inspira muchísimo. Radiohead también ha sonado continuamente.

Enrico Barbaro: Bon Iver, Trentemøller, Kraftwerk… El disco está lleno de cosas que ya hemos oído.

Asier Etxeandia: De repente poníamos Hot Chip o LCD Soundsystem y nos poníamos a bailar.

O sea, que os lo habéis pasado bien…

Asier Etxeandia: Sí, y más de una visita de amigos hemos tenido durante la grabación.

¿Os hubiese gustado incluir algún dueto en el album?

Asier Etxeandia: Yo estoy loco por hacer un dueto con Maika Makovski. Toca de la hostia, canta en inglés… ¡canta de la hostia!

Bueno y ¿cuándo os podremos ver en directo?

Ambos: 20 de noviembre en la Sala Bárcelo en Madrid. 20 de noviembre… muere Franco y nacemos nosotros. El 23 de noviembre en Barcelona en la Sala Apolo y el 29 de noviembre en el Café Antzokia.

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