Ay, qué pena Katy Perry, la pobre chica no consigue deshacerse de la casa que compró en Hollywood Hills para vivir junto a su amorcito Russell Brand. La cosa tiene doble drama porque por una parte es un activo económico que Katy no consigue quitarse de encima sin perder dinero (ay la crissihh) y por otra sigue manteniendo el recuerdo de su malogrado matrimonio (Katy, cambia las cortinas, cuatro cositas y ya está)
La casa está estupenda y es suya al completo (la compraron juntos pero pagó ella con los royalties de ‘I Kissed A Girl’) pero mira, que no le apetece vivir ahí y ya está. Total, si puede comprarse otra nueva… Aunque sí que es verdad que si cada vez que cambia de novio tiene que cambiar de casa menudo negociazo para su agente inmobiliario. Con las comisiones que saque va a tener la vida solucionada.
Mira, y si no la venda, que haga un crowfunding y se la queden sus fans. Propiedad compartida.

Periodista y Graduado en Derecho, combina la solidez académica con una mirada crítica y analítica sobre la cultura contemporánea. Su formación jurídica le aporta rigor y capacidad de contextualizar los fenómenos sociales, mientras que su experiencia periodística le permite comunicar con claridad, frescura y cercanía.
Experto en televisión, música y cine, ha seguido de cerca la evolución de la industria del entretenimiento durante más de una década. Su mirada se centra tanto en los grandes nombres como en las nuevas voces que marcan tendencia, ofreciendo un análisis que mezcla conocimiento técnico con pasión por la cultura popular.
Ha escrito en los principales medios de comunicación en España, participando en secciones de actualidad, crítica cultural y reportajes especializados. Su versatilidad le ha permitido cubrir desde entrevistas con artistas de primer nivel hasta análisis de fenómenos mediáticos y sociales.
Además, publica en Internet desde 2007, consolidándose como uno de los primeros periodistas de su generación en comprender el poder de lo digital como espacio de creación y conversación. Su trabajo en la red ha contribuido a abrir debates, difundir tendencias y acercar la cultura a una audiencia global.
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