El lanzamiento del nuevo disco de Azealia Banks nunca tuvo muy buen pronóstico (sobre todo porque lo pospuso doscientas veces) y parece que no le ha ido todo lo bien que ella hubiese querido a tenor de su frenética y casi esquizofrénica actividad en Twitter.
En las últimas horas se ha metido con los gays, a los que acusa de misoginos (no a todos pero suena al típico critico a los mariquitas y luego digo que tengo amigos gays), se ha metido con Iggy Azalea a la que acusa de querer ser una blanca negra y ha escrito cosas como: “Me gustaría tirarle una jarra de pis con huevos a la cara a esa zorra”
Muchos ‘tuits’ van acompañados de un LMFAO… vamos, que ella misma se parte de risa con sus chistes. ¿Hay algo más patético que reírse de los chistes propios? Pues hombre, cosas más patéticas habrá, pero no mucho más.

Periodista y Graduado en Derecho, combina la solidez académica con una mirada crítica y analítica sobre la cultura contemporánea. Su formación jurídica le aporta rigor y capacidad de contextualizar los fenómenos sociales, mientras que su experiencia periodística le permite comunicar con claridad, frescura y cercanía.
Experto en televisión, música y cine, ha seguido de cerca la evolución de la industria del entretenimiento durante más de una década. Su mirada se centra tanto en los grandes nombres como en las nuevas voces que marcan tendencia, ofreciendo un análisis que mezcla conocimiento técnico con pasión por la cultura popular.
Ha escrito en los principales medios de comunicación en España, participando en secciones de actualidad, crítica cultural y reportajes especializados. Su versatilidad le ha permitido cubrir desde entrevistas con artistas de primer nivel hasta análisis de fenómenos mediáticos y sociales.
Además, publica en Internet desde 2007, consolidándose como uno de los primeros periodistas de su generación en comprender el poder de lo digital como espacio de creación y conversación. Su trabajo en la red ha contribuido a abrir debates, difundir tendencias y acercar la cultura a una audiencia global.
Con un estilo propio que combina profesionalidad y cercanía, sus textos buscan siempre informar, entretener y provocar reflexión en quienes los leen.
