Paul McCartney dio anoche uno de los conciertos más emocionantes que ha vivido el Vicente Calderón. Era de esperar que el concierto fuera bueno ya que Paul es una leyenda viva de la música pero en el pre-show también se sentía ese miedo al desencanto que se ha vivido en conciertos de otras grandes figuras, que salen a tocar desganadas y que apenas conectan con el público.
Paul demostró que tiene un sentido del espectáculo muy bien desarrollado y empleó todos los ases que tenía en la manga, que no eran pocos. Habló muchísimo en español, hizo concesiones al público subiendo a una pareja a que se pidiera matrimonio y sobretodo derrochó hits, uno detrás de otro.
No flaqueó ni siquiera con los tres singles de su último disco ‘Queenie Eye’, ‘Save Us’ y ‘New’ que no desentonaron en absoluto con sus éxitos del pasado:

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