Después de 1989, cuando el Muro de Berlín cayó, la gente en la capital de Bulgaria, Sofía, quería alejarse del comunismo lo más rápido posible, por lo que abrió sus propios negocios.
Sin embargo, con los precios de alquiler por las nubes, muchas tiendas de conveniencia se decidieron a instalarse en sótanos. Operaban a través de una ventanilla a nivel del suelo.
Las pequeñas tiendas se convirtieron en únicas porque para pagar había que arrodillarse. Ahora son todo un clásico en el país.
Periodista y Graduado en Derecho. Experto en televisión, música y cine. Ha escrito en los principales medios de España y publica en Internet desde 2007.