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Entrevistas

Mon Laferte: «Grabé mi disco yo sola cuando nadie daba un peso por mi»

Mon Laferte

Mon Laferte es una de las artistas latinoamericanas más exitosas de la historia. Solo hay que ver los millones de reproducciones que acumula en Spotify o las visualizaciones que tiene en YouTube. Es chilena, comenzó en un ‘talent show’ pero pronto se dio cuenta de que ese no era su camino.

Dejó su Chile natal y se reinventó en México donde a día de hoy es una auténtica Diosa que llena el Auditorio Nacional de Ciudad de México varios días seguidos con ‘sold out’. Hablamos con ella con motivo de su primera gira por España. Actuará este sábado 18 en Madrid, en la Sala Mon y el 21 en Razzmatazz, Barcelona. Las entradas están disponibles aquí.

Mon acaba de lanzar la reedición de su ultimo disco ‘La Trenza’ que incluye un nuevo dueto junto a El Caloncho..

Sus inicios en la música

Pregunta: Comenzaste en un talent chileno llamado ‘Rojo Fama Contrafama’. ¿Qué recuerdas de aquella experiencia y qué te aportó?

Respuesta: En realidad empecé antes de eso, comencé a los 13 años. No con mis canciones, sino con repertorio. Tocaba canciones en la calle, en Viña del Mar. Tocaba en circos… Entre eso iba a Santiago a tocar puertas en las disqueras… En aquella época no existían las redes sociales y no podías hacerte un disco en tu casa. Creo que ni siquiera tenía un ordenador, porque casi ni existían…

En esa búsqueda para que «alguien» me escuchara me crucé con la televisión, estuve en un programa participando, pero igual no conseguí lo que quería. Que me grabaran un disco con mis canciones.

P: ¿Tu viaje de Chile a México fue más una ruptura con Chile o con la televisión? ¿O fue simplemente una nueva vía para explorar nuevas posibilidades artísticas?

R: No hubo ruptura, tuvo que ver con una búsqueda más personal… Comencé a tocar en la calle, en bares, fiestas, en circos… como todas las discográficas me dijeron que no,  fui a la tele. Pero tampoco era el camino. Y tenía que seguir el camino. Y yo ya me sentía vieja… tenía 18 años.

P: ¿Ya sentías la presión de «se me pasa el tiempo» con 18 años? Luego te darías cuenta de que no es así ¿no?

R: (Risas) Claro que no… ahora me río de eso, pero en ese momento yo pensaba «no he conseguido nada», «mis canciones son malas», «no soy buena artista porque en todos sitios me han dicho que no…»

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P: Cuando cantabas al principio en la calle ¿qué cantabas? 

R: De todo… dependía del día y del lugar. En la calle me iba mejor con los boleros y las canciones de Juan Gabriel. Cuando tocaba en bares me iba mejor con un repertorio más folklórico.

P: Qué curioso Juan Gabriel, ¿te venía esa influencia de escucharlo en casa?

R: Influencia de familia y también porque en Chile Juan Gabriel es ‘El Dios Juan Gabriel’.

P: ¿Y cómo evolucionó la cosa?

Era muy chistosa porque me mandé a hacer unas tarjetas que ponía «Cantante Profesional» cuando tenía 15 años. Entonces la gente me llamaba por ejemplo para amenizar un cumpleaños y me preguntaban «¿cantas música bailable?» y yo contestaba… «sí, obvio que sí». Me aprendía el repertorio a última hora y hacía la música bailable.


P: Se te nota personalidad a la hora de tocar la guitarra, ¿tienes formación clásica?

R: No tengo formación, de hecho toco feo… (risas). Aprendí a tocar fuerte para que se escuchara en la calle. Y también me acompaño con instrumentos que aprendo a tocar por la necesidad. Pensaba «¿con qué me acompaño? Pues hay esto» y lo agarraba e intentaba tocarlo para acompañarme.

P: ¿Cómo fue tu viaje a México, fue una especie de Año Sabático?

R: No… me fui a México sin saber qué me iba a encontrar.


P: Allí te relanzaste años más tarde con un estilo muy diferente al que tenías en Chile…

R: Es que no había un estilo… Entré al programa y seguí haciendo lo que yo hacía en la calle, que era como cantar canciones de otros. Y el disco que publiqué tampoco te creas que lo decidí yo… No es que yo dijera: «Ay quiero sacar un disco de ‘covers'», claramente…

P: Tu primer disco en solitario tiene un estilo diferente a ‘La Trenza’, como más rockera tipo Celeste Carballo…

R: Sí, es como un pop glam, con un poquito de electrónica… Pero fíjate que ese primer disco yo estaba muerta de miedo. Yo estaba cantando desde los 13 y desde los 15 yendo a disqueras con mis canciones. Ya habían pasado muchos años y de pronto como que dije: «voy a hacer un disco independiente ahora que hay Facebook y ya habrá alguien que me escuche». Pero me costó decidirme y luego elegir el repertorio.

Trabajé con un productor y yo le hacía caso en todo. De pronto pensaba que algo no estaba bien pero pensaba «no importa, él sabe más que yo». Estaba muy temerosa…


P: Quizás eso que cuentas se nota al escucharlo ahora y compararlo con tus últimas producciones…

R: Totalmente, y la voz incluso, estaba como temerosa también cantando y no sale mi voz totalmente. Tenía mucho miedo, era la primera vez.

P: Lo que dices de la voz, se notaba más sintetizada, ¿más metálica quizás, más limpia en el sentido más literal de la palabra?

R: Sí, la procesaron mucho porque dejé que lo hicieran, porque pensé: así tiene que ser. Yo ahora a mi voz no le hago nada, no tiene afinación ni nada de esas cosas que le hacen. Porque yo ya sé, ya tengo la conciencia sobre cómo quiero que suene mi voz.

P: Se ve un salto grande estilísticamente sobre todo en ‘Volumen I’, lo he notado porque de repente se comienzan a escuchar charangos…

R: Sí (risas)… y también metales. Son potentes cambios.

P: Comienza a haber esa esencia más chilena, andina… ¿Fue un cambio sugerido por el productor o algo más orgánico?

R: No, no, ‘Volumen I’ lo produje yo sola en mi casa. Lo grabé en casa, puse la batería en la sala de la casa y así se grabó.

P: Y paradójicamente es el primero que editas con una multinacional…

R: No, ese disco lo empecé yo solita, no había nadie que diera un peso por mi, no tenía ni luz en casa, no tenía ni para pagar la renta, casi me estaban sacando de ahí. Entonces fui al estacionamiento, conecté una extensión y ahí comencé a grabar el disco en casa. Y luego de eso, cuando sale el disco, la multinacional se mostró interesada y me dijeron que querían editarlo ellos. Pero no se volvió a grabar, se reeditó el ‘master’ y ya está.

P: ¿Qué diferencias has encontrado entre auto editarte y hacerlo con una multinacional? ¿Qué cosas buenas y malas tienen ambos escenarios?

R: Hasta ahora no hay nada malo, de hecho han sido puras cosas buenas. Para ‘La Trenza’, que ha sido grabado y editado estando en una multinacional, he tenido muchísima libertad, demasiada.

P: Yo había leído que eras «una chilena que hace rancheras» pero luego escuchándolo encuentro bossa nova, charangos, la de Bunbury con un poquito de ranchera, blues… ¿Ha sido premeditada esta variedad de estilos?

R: Quisera ser más premeditada a veces, soy demasiado impulsiva y luego hago este tipo de cosas (risas). El productor es mi mejor amigo, es mi director musical.

P: ¿Produce a un nivel más técnico o le dejas rienda en el lado creativa?
R: Sí, a nivel más técnico. Igual tiene un trabajo creativo pero siempre bajo mi pauta. Yo no sé música, nunca estudié música. Hay cosas que hay que escribir en papel como los arreglos de un clarinete entonces lo que hago yo es cantarle literalmente «quiero que hagas esto con el clarinete… Laaaa, la la la laaaa».

P: Eres una de las pocas artistas latinoamericanas que acumulan tal cantidad de millones de visionados en YouTube, ¿te dan vértigo estas cifras y los millones de reproducciones en Spotify?

R: No, no me da vértigo, me da gusto porque todos al final queremos que nos vaya bien. Todos tenemos esa dosis de ego, que igual trato de manejarla. Le cocinas a alguien y quieres que te digan que quedó rico, te pones un perfume y quieres que te digan que huele bien… Y por supuesto que me pone feliz, pero lo que más me gusta de esto es ver que los que me escuchan me escuchan mucho (lo veo en las estadísticas de Spotify por ejemplo), ves que no es una cosa del ‘hit’ y ya…

Al final no se trata de mi, se trata de las canciones. Igual yo mañana ya no me dedico a esto pero las canciones se quedan ahí.

P: ¿Te consideras una artista ambiciosa?

R: Sí soy ambiciosa, pero no una ambición material. Una ambición artística. Dudo mucho, trabajo mucho… Hoy por ejemplo comencé a trabajar en mi disco nuevo. Y quiero que sea mucho mejor, que suene mejor. Tocar en este lugar que no he ido… Quiero ser mejor intérprete, tocar mejor… Yo creo que eso es ser ambiciosa.

Duetos

P:¿Cómo han surgido los duetos con Juanes y Bunbury? ¿De forma natural o más a través de propuestas de la discográfica?

R: Fueron bien diferentes los dos casos. El de Bunbury por ejemplo llegó porque escribió un texto larguísimo sobre mi en Facebook, diciendo maravillas. Yo incluso pensé que era una broma (risas).

Entonces yo pensé: hay que darle las gracias o tratar de hablar con él porque se tomó su tiempo para escribir eso. Entonces le invité a un concierto y cuando los fans lo vieron en las redes comenzaron a decir «tienen que cantar juntos» y me pareció súper bien. Nos caímos bien y hay puntos en los que nuestros estilos se pueden juntar.

Entonces le dije que tenía una canción y si la quería cantar conmigo y él me dijo que si. Fue un deseo mío y también de los fans que se emocionaron mucho con el asunto.

P:¿Y con Juanes?

R: Fue antes que el de Bunbury. Tuve una reunión con la disquera para mostrarle las canciones que tenía para el disco y en esa reunión me preguntaron: ¿quieres hacer un dueto en este disco? y yo dije que sí, que me gustaría hacerlo con alguien que me ayudara a conectar con más personas pero que yo admirara y me gustara. Que me cayera bien, de mi onda. Entonces dije que me gustaba mucho Juanes, y tenía esa cumbia que me había quedado fuera del disco anterior, porque la canción era muy feliz y el disco anterior muy triste.

Lo dije como: «nunca va a pasar». Es como si ahora te digo: «quiero cantar con Adele», quien sabe si me escuche (risas). En ese punto lo dije ¿eh?

Entonces a los dos días el director me dijo: «Oye, hable con Juanes y es tu fan, ya te conoce y me dice que si quieres te invita a su casa para que se conozcan». Y yo no lo podía creer. Entonces fui a su casa a Miami y él fue super buena onda, estuvimos cantando, tocando… Y ahí fue cuando pensé, sí, hay que grabar esto.

Influencias y vuelta a Chile

P:¿Qué artistas chilenos te influyeron de adolescente en Chile?

R:Escuchaba mucho a Javiera y Los Imposibles, Nicole, La Ley, Los Prisioneros… También Jorge González en solitario con ‘Mi Casa en un Árbol’. Pero sobre todo Los 3.

P:Con ellos compartes esa estructura de éxito internacional de hacerse grande en México ¿no?

Más con La Ley. Porque La Ley fue como que tuvieron mucho éxito en Chile y luego en México fue como… (hace un gesto de explosión grande con las manos)

P:También está la otra vía de venir a España. Hay artistas chilenos como Javiera Mena que son muy grandes aquí. También se han hecho un hueco Gepe, Francisca Valenzuela… ¿te gustan? ¿algunos más que otros? ¿les sigues?

¿De Chile? Me encanta La Javi, la Fran también, son amigos, les conozco. Tengo un dueto con Manuel García. ¿Qué más me gusta mucho? Los Ases Falsos, Pedro Piedra. Creo que el que más me gusta es Pedro Piedra.

P:¿A qué crees que se debe esa explosión creativa que ha habido en Chile en los últimos años? Hay como una escena muy concreta que está triunfando no solo en Latinoamérica sino que también en Estados Unidos, España y algunos países de Europa…

R: Pues no sé muy bien cómo paso… La Javi (Javiera Mena) es de las primeras, pionera de este movimiento. Cuando yo me fui a México recuerdo que la Javiera ya estaba tocando en Blondie (una discoteca de Santiago de Chile), ya estaba haciendo una carrera independiente… Creo que esta explosión tiene que ver con las redes. Chile pasó una etapa de dictadura en la que lo que mandaba era la televisión y la tv estaba gobernada totalmente por Pinochet. Entonces no entraban otro tipo de artistas. Aunque yo creo que siempre ha habido esta creatividad en Chile.

P:¿Crees que tiene que ver el aislamiento físico de Chile (aislados por la Cordillera, lejos de casi todo…)?
R: (Risas), si algo de eso puede que haya… Yo cuando estoy más inspirada es cuando voy a Chile. Energéticamente me siento triste en Chile y eso me hace escribir canciones. No sé por qué. El clima, veo la Cordillera, hace frío… el mar es súper violento. Cuando voy entro en un estado de nostalgia. De hecho una vez me fui un mes entero para escribir canciones.

P:¿Cómo ves Chile, como chilena, desde fuera del país?
R: Por un lado veo que hay un estancamiento. Parece que el clasismo se ha disparado de nuevo… Y no sé, hace poco se aprobó la Ley del Aborto por tres causales y de pronto todavía la Iglesia y determinadas familias siguen ahí presentes. Eso está muy estancado. La Ley de Matrimonio igualitario está siendo recién este año…

Por otro lado siento que hay un sector que sí está avanzando, hay artistas y músicos que están marcando una generación.

También pienso que en Chile todavía, lamentablemente, la tele y los medios de comunicación tienen mucho poder. Porque es un país más pequeño. Entonces sale algo en la portada de un periódico y todo el mundo se entera. Tienen mucho poder los medios de comunicación.

P:He estado viendo vídeos tuyos en YouTube, entre ellos tu vuelta por todo lo alto a Chile con la actuación en el Festival Viña del Mar. Me ha llamado la atención que en Viña te presentó Rafael Araneda… y también fue él el que presentó tu primer disco como La Chica de Rojo en TVN. Ver ese salto gigante como espectador es alucinante. ¿Cómo lo viviste tú?

R: Yo me estaba muriendo de miedo antes de salir en el Festival de Viña. Estaba como ese morbo de la prensa como «esta era la niña que salía en la tele, a ver qué ha sido de ella» (risas). Después me puse a analizar y me trataron con un respeto que no era el que tenía cuando tenía 18 años. Rafael me preguntó: «¿qué quieres que diga?» (risas) Y yo le dije: no sé, tú eres el profesional. Se acercó a mi y estaba muy pendiente y muy preocupado por mi. Pero yo le dije: «Tranquilo, no pasa nada, no soy un monstruo» (risas).

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