Disney sale victorioso del juicio de «Moana»: ni rastro de «Bucky el guerrero de las olas»
Un jurado ha dado la razón a Disney en el caso de presunto plagio de «Moana», mandando a navegar a la deriva la demanda interpuesta por un guionista que aseguraba que la película le había robado la idea. Vamos, que el gigante del ratón puede seguir surfeando tranquilamente por las taquillas.
Tras dos semanas de juicio en Los Ángeles, los ocho miembros del jurado determinaron por unanimidad que Disney no tuvo acceso al guion «Bucky el guerrero de las olas» que Buck Woodall había escrito en 2011. La deliberación fue tan rápida que ni siquiera dio tiempo a que el palomitero repusiera existencias: menos de tres horas.
Un portavoz de Disney declaró: «Estamos increíblemente orgullosos del trabajo colectivo que supuso la creación de ‘Moana’ y nos complace que el jurado haya determinado que no tenía nada que ver con las obras del demandante». Podríamos decir que Disney ha recibido el viento a favor de la justicia.
Woodall, residente en Nuevo México, alegaba toda una retahíla de coincidencias entre su obra y la película estrenada en 2016. Según él, ambas historias presentaban a adolescentes desobedeciendo órdenes parentales para embarcarse en peligrosos viajes marítimos y salvar islas polinesias. También mencionaba otras similitudes como la navegación guiada por estrellas, un semidiós tatuado y la supervivencia a tormentas en alta mar. Vamos, prácticamente toda la cultura náutica universal resumida en una demanda.
El demandante aseguraba que en 2004 había presentado su proyecto a la hermanastra de su cuñada, que trabajaba como asistente en una productora de acción real en los estudios Disney. Esta pariente intentó posteriormente presentarlo a Walt Disney Animation Studios, que rechazó recibir el proyecto, según los documentos judiciales. Menudo círculo familiar más enrevesado que el árbol genealógico de «Juego de Tronos».
Por su parte, Disney argumentó que «Moana» fue creada independientemente años después y que no existía evidencia de que alguno de los cineastas hubiera tenido acceso al trabajo de Woodall. Los abogados de Disney también señalaron numerosas diferencias: «Bucky es blanco; Moana es oceánica. Bucky es del continente estadounidense; Moana es indígena de la ficticia isla de Motunui. Bucky vive en la época actual; Moana vive hace milenios. Bucky es un adolescente normal; Moana es la futura jefa de su pueblo. Bucky quiere aprender a surfear, mientras que Moana quiere continuar la orgullosa historia de su gente como los mejores navegantes oceánicos que el mundo haya conocido jamás».
En noviembre, un juez determinó que la mayoría de las reclamaciones de Woodall habían prescrito, ya que la película se estrenó en 2016. Sin embargo, una reclamación contra Buena Vista Home Entertainment, la filial de vídeo doméstico de Disney, sobrevivió porque el DVD se lanzó en 2017. Una prescripción tan oportuna como una canción de Tamatoa.
El abogado de Woodall se mostró «decepcionado» y dijo que consideraría las opciones de su cliente. No olvidemos que Woodall presentó otra demanda en enero, alegando que «Moana 2» también plagió su guion. Ese caso sigue pendiente, así que parece que nuestro querido Buck piensa seguir intentando navegar hacia Disney con su tabla de surf bajo el brazo.

Daniel Martín es un periodista apasionado por la música, la televisión y la cultura pop. Con una amplia experiencia en el sector, ha escrito para diversos medios de comunicación, tanto online como impresos.
