Ay, la extraordinaria historia de los gays en el Vaticano… Todo comenzó hace meses con el descubrimiento de llamadas telefónicas entre un hombre de confianza del Papa Benedicto XVI, Angelo Balduci, y un miembro nigeriano del Coro Vaticano que le ofrecía encuentros sexuales. Algunas de las llamadas que trascendieron a la prensa incluían extractos como este: «Sólo te digo que mide dos metros, pesa 97 kilos, tiene 33 años y es completamente activo». Vatican Bottom.
Tras estas revelaciones se llegó a la conclusión de que había un lobby gay, que no era más que una red que acumulaba poder bajo el paraguas común de la condición sexual. Esto se vio como imposible y como un escándalo sensacionalista. ¿Cómo iba a haber un lobby gay en la Casa de Dios en La Tierra? Pues sí querías, café: tomas dos tazas.
El Papa Francisco reconoció ayer de forma literal: «En la curia hay gente santa, de verdad, hay gente santa. Pero también hay una corriente de corrupción, también la hay, es verdad. Se habla del ‘lobby gay’, y es verdad, está ahí hay que ver qué podemos hacer». Lo curioso es que asocian el lobby gay a malversaciones económicas y corrientes de poder, la Iglesia sabe mucho de marketing
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Periodista y Graduado en Derecho. Experto en televisión, música y cine. Ha escrito en los principales medios de España y publica en Internet desde 2007.
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