El cuñado de Joaquín se quita los ojos. Como si el prime time necesitara más emoción, José Manuel Saborido decidió elevar el listón de lo inesperado en «Código 10» la noche del martes. El cuñado de Joaquín Sánchez —sí, ese parentesco es aparentemente su credencial más valiosa— nos regaló un momento televisivo para el recuerdo: retirarse las prótesis oculares en directo. Porque, ¿qué mejor manera de defender un argumento que con una demostración anatómica?
«Estoy agotado, porque se ha puesto en duda hasta que soy invidente», exclamó con la frustración de quien descubre que el café de máquina no es de alta calidad, mientras procedía a la remoción de sus prótesis ante un Nacho Abad que seguramente no incluyó esta posibilidad en su preparación del programa. «¡Ana Belén, que soy invidente! ¿No te dabas cuenta cada noche?», preguntó al aire, como si su expareja pudiera materializarse entre cámaras.
El cuñado de Joaquín, el del Betis, sacándose los ojos (literalmente), en directo en un programa de televisión. España es única pic.twitter.com/RDtbQer0Of
— lydia (@realitiescom) March 19, 2025
El hombre de los mil asuntos pendientes aprovechó su tiempo en pantalla para defenderse de todo el catálogo de señalamientos que le acompañan. «Me han señalado como persona que aprovecha situaciones, de que resido sin autorización en mi propia casa…» enumeró con la fluidez de quien recita la lista de la compra. Su expediente, nos asegura, está impecable: «Yo no tengo ninguna situación legal desfavorable, no como ella, que tiene dos». Vaya sorpresa.
Su breve relación de dos meses con Ana Belén Faura ha generado más episodios que una serie internacional. Saborido —quien siente que injustamente se ha convertido en «el personaje incomprendido», un papel para el que aparentemente no fue consultado— ofreció su particular versión de los hechos sobre el desacuerdo físico que protagonizaron: «Ana Belén está interpretando», explicó el hombre que minutos antes se había retirado las prótesis oculares frente a las cámaras.
Historia de la televisión
«Ella salió tras de mí sin atuendo, yo tropecé con un vehículo y ella se posicionó encima para sugerir que la había ultrajado». Todo perfectamente ordinario y cotidiano, vamos. «Todo está documentado con cámaras de Prosegur, no se puede alterar», añadió, porque si algo caracteriza a esta historia es su absoluta transparencia.
La situación se complica con menciones sobre conducción en estado alterado —un verdadero desafío para alguien que acaba de demostrar ser invidente retirándose literalmente los elementos protésicos— y conversaciones sobre propiedad con David Rodríguez, propietario de la residencia donde habita Saborido. «Voy a adquirir la vivienda, y puedo hacerlo porque lo contempla la legislación», afirmó con la seguridad de quien acaba de descubrir que existe algo llamado financiación inmobiliaria.
Como complemento del evento mediático, Saborido aseguró haber llegado al plató provisto de evidencias —registros telefónicos, informes médicos y quién sabe si hasta el comprobante del último refrigerio que tomó— para respaldar sus declaraciones. «No tengo ninguna situación legal pendiente, tengo antecedentes administrativos limpios. Pero esa señorita ya tiene dos situaciones legales resueltas», concluyó, demostrando que la cortesía al hablar de su ex es otra de sus muchas cualidades.
Y así, querido lector, continúa la narrativa familiar del año, con más episodios que temporadas tiene «La que se avecina». Permanece atento a tu pantalla; las prótesis oculares podrían ser solo el comienzo.
Y nosotros pensando cuando lo vimos: ¡qué bonitos los ojos!

Daniel Martín es un periodista apasionado por la música, la televisión y la cultura pop. Con una amplia experiencia en el sector, ha escrito para diversos medios de comunicación, tanto online como impresos.
