Belén Esteban ha compartido en su perfil oficial de Instagram el segundo vestido que ha usado para la boda de sus amigos, Raúl Prieto, quien la dirigiera en ‘Sálvame’ y otros programas y Joaquín Torres, el arquitecto que dejó a su mujer para casarse con Raúl. Las redes sociales ya han opinado acerca del vestido, el color y la talla.
Parecía una especie de Jean Paul Gaultier en color rosa chicle pero el tallaje y la forma no parecía adaptarse del todo al cuerpo de Belén Esteban. Muchos usuarios han comentado que la talla no era la que mejor le quedaba a la de San Blas.
“Una gran noche, de las más especiales de que pueda haber”. Joaquín Torres, como manda la tradición, no ha madrugado demasiado en la mañana después de su boda.
Con Emma García
El arquitecto reaparecía a través de su perfil de instagram para pronunciar sus primeras palabras ya como hombre casado. Como no podía ser de otra forma, Torres ha desvelado algunos detalles de su gran día. En especial, el magnífico salón donde celebraron el banquete y por qué se hizo la disposición de las mesas de esta forma tan particular.
Belén con Kiko
“Diseñamos una única mesa serpenteante, para evitar distinciones, todos los invitados estaban en la mesa de los novios”, explicaba Torres en esta mañana postboda. Y es que, sin duda, el resultado fue impresionante.
Belén Esteban se quitó los tacones y se puso unas zapatillas.
Un sinfín de mesas en forma de serpiente que rodeaban todo el salón y con la iluminación de decenas de velas. Un lugar mágico en el que Raúl Prieto (47 años) y él recibieron a sus invitados ya después de haber formalizado su relación.
“Una iluminación básica para iluminar la histórica arquitectura del patio, y solo con velas en las mesas. Más de 4800 velas iluminaron centenares de metros lineales de mesa”.
Ni un detalle se le ha escapado a Joaquín Torres. Las mesas no eran muy anchas para facilitar la conversación entre los comensales. Todo pensando para hacer de la velada no solo una noche especial, sino una ocasión en la que los presentes se sintiesen lo más cómodos posibles.
Según relataban en ‘Sálvame’, Joaquín y Raúl querrían viajar a Japón. Un destino exótico donde pueden no solo conocer la cultura nipona, sino también combinar naturaleza y ciudad.
Antes, eso sí, también tendrían pensado pasar unos días por la Provenza francesa. Un descanso entre el ajetreo de la boda y la intensa luna de miel para cargar pilas, hacer balance de todo lo vivido y ya afrontar el viaje con más energía y ganas.
Todo, por supuesto, si la situación familiar de Joaquín Torres lo permite. Sin duda, es un viaje deseado y ansiado, su primera escapada ya como matrimonio, pero las cosas importantes de la vida siempre van primero.
Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Fanático de la música, las listas de éxito y la estética videoclip.