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La evolución de Alejandra

Apenas tiene 21 años y Alejandra Rubio ya se ha puesto en manos de un médico estético, la clínica de confianza de su madre y su tía. Su belleza es indudable, pero la hija de Terelu Campos ha querido poner remedio a una alteración cutánea que tiene desde hace meses debido al uso continuado de la mascarilla, conocido como «Maskné» (producido por las mascarillas).

La mascarilla produce una fricción continua sobre nuestra piel, se crea una atmósfera húmeda que mezclado con impurezas provocan que aparezcan esos desagradables granitos. 

«Las mascarillas me estaban dejando la piel fatal, así que me estoy haciendo un tratamiento muy top», adelantaba Alejandra Rubio a través de su perfil de Instagram y a juzgar por el resultado de la piel de su rostro no puede estar más contenta.

Alejandra Rubio no lo ha pensado dos veces y se ha sometido al tratamiento Efecto Glowy cuyo objetivo es devolver a la piel esa luminosidad y vitalidad que se pierde a consecuencia de factores externos. Eso sí, ha dejado claro que no será la única vez que lo haga: «Tenía la cara muy… «, ha admitido.

Desde que cumplía la mayoría de edad, Alejandra Rubio está cansada de que se le señalen lo supuestos retoques estéticos a los que se ha sometido. Cansada, decidía dar la cara hace un par de años para negar de manera tajante cualquier tipo de operación:

«Para toda esa gente que dice que me he operado, no me he operado la nariz, no me he operado los labios, ni el pecho… no me he puesto bótox en ningún lado», sentenciaba.

La joven es partidaria de los retoques estéticos siempre y cuando sean naturales y te ayuden a sentirte mejor contigo misma pero por el momento, a excepción de este tratamiento cutáneo, no ha tenido necesidad de dar un paso más allá aunque no lo descarta en un futuro.

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