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La modelo Linda Evangelista vuelve a posar para Vogue

Linda Evangelista es un icono del mundo de la moda. Reinó en las pasarelas durante los años 80 y 90 y fue protagonista de importantes campañas de moda de la época. Con unos rasgos marcados y una mirada llena de personalidad, la canadiense se convirtió en una de las ‘top’ más aclamadas de la época. 

Este éxito acompañó a Linda cada día, a lo largo de su carrera. Sin embargo, fue hace cinco años cuando la suerte cambió de tercio. La ‘top model’ se sometía a un famoso tratamiento estético que consiste en la congelación de la grasa, con el desenlace de que su rostro quedó «desfigurado».

De esta manera, literalmente pasó de ser una de las modelo más fotografiadas a una de las que menos. En todas las fotos lleva un pañuelo alrededor de la cabeza.

La canadiense ha estado cinco años escondida de las cámaras, espejos y amigos, y tal y como ella misma ha admitido en distintas ocasiones.

Sin embargo, siempre hay luz al final del túnel y después de todos estos años de ausencia, Evangelista ha pasado página y vuelve por todo lo alto al mundo de la moda: siendo portada de la edición británica de Vogue

Linda ha demostrado su talento ante la cámara de Steven Meisel, fotógrafo con el que ha trabajado en múltiples ocasiones del que es vieja amiga de la profesión. Es así como la supermodelo ha querido hacer su primera portada en una revista de moda en una década, a sus 57 años de edad, y tras regresar a ser imagen de campaña de la mano de Fendi el mes pasado. 

En dicho número Evangelista habla de sus inicios en la moda, que como confiesa en la entrevista a la revista británica, no fue nada fácil. Con solo 16 años le ofrecieron un contrato para el verano en Japón:

«Fui a la agencia y fue todo, ‘Quítate la ropa, necesitamos medidas’, pero ya tenían mis medidas. Me querían sin nada y no era un ‘¿Posarías sin nada?’ conversación, era un ‘Posarás sin nada’. Salí y llamé a mi madre y me dijo: ‘Sal ahora y ve a la embajada’. Así que eso fue lo que hice, y me llevaron a casa». 

Evangelista intentó no revelas su rostro incluso a su hijo de 15 años Agustín. De hecho, paso media década totalmente encerrada, tal y como confiesa. «¿Estoy bien? Absolutamente no», y añade que todavía no está preparada para que nadie toque su cuerpo ni para mirarse en el espejo.

No obstante, habla del apoyo que todos sus compañeros y compañeras del mundo de la moda le han brindado: desde Kim Jones, director creativo de Fendi, que fue el primero en mandarle una carta cuando se enteró de lo sucedido, así como Gwyneth Paltrow o Marc Jacobs, entre tantos otros. 

La modelo ha grabado un vídeo

En el que no se quita ni el sombrero ni el pañuelo

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