ANA ROSA ESTALLA EN DIRECTO: LA REINA DE LAS MAÑANAS DEJA TEMBLANDO A SU COLABORADOR
La sacrosanta tertulia política de «El programa de AR» nos ha regalado otro momento para enmarcar en el museo de los rifirrafes televisivos. Ana Rosa Quintana, nuestra incombustible matriarca de las mañanas, ha demostrado que cuando se trata de poner a alguien en su sitio, no necesita ni DANA ni paraguas.
Todo comenzó con un debate sobre la catástrofe meteorológica que ha azotado España. Ana Rosa, visiblemente hastiada de tanta palabrería vacía política, soltó: «Hablar de responsabilidad política con lo que estamos viendo, donde aquí no hay nadie con responsabilidad política, es que tenemos un fiscal general imputado, un ministro… Y lo del respeto…». Vamos, lo que viene siendo un martes cualquiera en la política española.
Pero he aquí que Javier Casqueiro, periodista de El País y valiente donde los haya, decidió que este era el momento perfecto para interrumpir a la dueña y señora del cotarro matinal. «¿Podemos hablar de la DANA por un momento, o no?», espetó el colaborador con un tono que sugería que no estaba dispuesto a seguir el guion establecido.
La cara de Ana Rosa en ese momento fue un poema digno de Quevedo. Una mezcla entre «¿quién te crees que eres?» y «este no sabe dónde se ha metido». Pero Casqueiro, lejos de amedrentarse, siguió cavando su propia tumba televisiva: «Porque a lo mejor resulta que esto no ha pasado lo de la DANA y tiene que ver con Félix Bolaños todo y con Pedro Sánchez. ¿Podemos hablar de la DANA?», insistió con una valentía que seguramente estará lamentando mientras recoge su taquilla.
Fue entonces cuando Ana Rosa desplegó su artillería pesada: «De los que estáis en esta mesa, la que mejor sabe lo que ha pasado en la DANA, soy yo». ¡BOOM! Así, sin anestesia, recordándole quién manda en ese plató y quién tiene el micrófono que corta el bacalao. Si hubiera sido un combate de boxeo, el árbitro habría parado la pelea ahí mismo.
Pero nuestro intrépido Casqueiro, quizás pensando en su próxima vida profesional, osó replicar: «Tú sí, pero los demás hemos visto lo que ha pasado». Un intento desesperado de mantenerse con vida en la contienda.
La sentencia final llegó cuando Ana Rosa, recolocándose metafóricamente la corona, sentenció: «El respeto a la justicia también va por barrios». Traducción para los no iniciados: «En mi barrio, en mi programa, las reglas las pongo yo».
Y así, señoras y señores, es como se demuestra que en la jungla televisiva matinal española, Ana Rosa sigue siendo la leona alfa. Casqueiro probablemente estará buscando en el convenio colectivo si hay alguna cláusula sobre «daños por humillación pública televisada». Mientras tanto, los espectadores seguimos disfrutando de estos momentos que hacen que madrugar merezca la pena. Al menos alguien está poniendo emoción a la DANA.

Daniel Martín es un periodista apasionado por la música, la televisión y la cultura pop. Con una amplia experiencia en el sector, ha escrito para diversos medios de comunicación, tanto online como impresos.
